El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, está intentando calmar a Pablo Iglesias sobre el apoyo de Ciudadanos en los presupuestos de 2021. Iglesias quiere que el socialista agote todas las vías con la mayoría de la investidura antes de sellar un pacto con Inés Arrimadas. El presidente Sánchez cree que el apoyo de los diez diputados de Ciudadanos “sale gratis” a la coalición. Este fue uno de los argumentos que empleó para convencer al líder de Podemos.
Las fuentes gubernamentales consultadas coinciden en que las negociaciones con Ciudadanos siguen adelante. Esto a pesar de que Sánchez rebajara el pasado miércoles a Arrimadas afirmando en el Congreso que su partido sigue instalado en la “foto de Colón”, en referencia al encuentro con el PP y Vox de hace un año (y al que Arrimadas no acudió).
Arrimadas tuvo la posibilidad de romper ese diálogo tras esa declaración, pero rehusó hacerlo. “Esto es porque quiere estar en la ecuación”, resumen desde el Ejecutivo.
El equipo de Sánchez en La Moncloa, liderado por Iván Redondo, trabaja para que el acuerdo con Ciudadanos llegue a buen puerto. Iglesias, que últimamente se ha mostrado con los suyos muy crítico con Sánchez y Redondo, intenta convencer al presidente en sus contactos directos.
Podemos considera un error mostrar cordialidad hacia Ciudadanos. Los morados saben que su peso específico en el Ejecutivo decae si los independentistas dejan la mayoría de Gobierno. “Salen del eje”, reconocen desde el PSOE, donde por otro lado aumentan las tensiones internas sobre algunas decisiones de Sánchez.
División interna en el PSOE
Cuadros relevantes del PSOE han enviado a Sánchez una queja sobre la gestión de su Ejecutivo con respecto a Rodolfo Martín Villa. “Basta ya de este revisionismo”, es el mensaje que estos dirigentes han entregado al presidente del Gobierno, en el que también le han avisado de que dejara de desmarcarse de Felipe González y su legado. “Ya es demasiado”, explica una fuente conocedora de esos movimientos.
El plan de Sánchez consiste en lanzar una ofensiva en el partido para acallar definitivamente a los críticos. Pero, entre la pandemia, los problemas que tiene con los ayuntamientos (muy enfadados por los retrasos de María Jesús Montero) y la coalición con Podemos, la situación no se antoja fácil. En ese río revuelto, Iglesias quiere maximizar sus contactos directos con Sánchez.
Conexión directa Sánchez-Iglesias
El líder de Podemos habla con frecuencia con el presidente del Gobierno y está convencido de que ese canal es el que tiene que explotar para sortear las directrices que se lanzan desde Moncloa. En uno de esos encuentros de los últimos días, Sánchez e Iglesias hablaron sobre los Presupuestos. Ambos líderes explicaron las razones a favor y en contra de pactar con Ciudadanos.
Iglesias está convencido de que la suma con Arrimadas resta en el futuro. Sánchez, en cambio, insiste en que Ciudadanos es el aliado perfecto para los presupuestos y las reformas que exige la Unión Europea. En privado, por lo tanto, el presidente del Gobierno defiende tener blindado el apoyo de los de Arrimadas, ya que lo considera más sólido que el de ERC, debido al contexto preelectoral en Cataluña.
Mientras Iglesias defiende perseguir el modelo de la mayoría de la investidura, Sánchez le está intentando convencer afirmando que los votos de Arrimadas “salen gratis” para la coalición, aseguran fuentes gubernamentales. Iglesias, en cambio, cree que la viabilidad del Ejecutivo está en peligro si no se salvaguarda la mayoría de la investidura. Y ha obtenido de Sánchez la promesa de buscar apoyos de fuerzas como el PDeCAT y Bildu antes de formalizar un pacto con Ciudadanos, como ha adelanto Vozpópuli.
Iglesias también ha logrado que Sánchez se comprometa a presentar con Podemos el borrador presupuestario. El Gobierno tiene hasta finales de septiembre para entregarlo a las Cortes. A partir de ese momento, las fuerzas políticas podrán presentar sus propuestas.
En La Moncloa buscan el “encaje” que satisfaga a ambos partidos (para Podemos se baraja un aumento del último tramo del IRPF). Ese encuentro es, según todas las fuentes consultadas, lo más probable de cara a los Presupuestos. De ser así, Sánchez podrá presumir de haber domado a los dos partidos que hace cinco años inspiraron conceptos como el de la nueva política.