A día de hoy, ya sabemos perfectamente que la covid-29, la enfermedad que causa el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 va mucho más allá de una enfermedad respiratoria. Pero uno de sus efectos menos conocidos es el impacto que tiene en nuestro cerebro. En los casos más graves de la enfermedad, los daños neurológicos pueden ir desde derrames, ictus hasta problemas de salud mental, como ansiedad y depresión.
Esta semana, un pequeño estudio con 125 pacientes tratados en hospitales de Reino Unido publicado por la revista científica The Lancet Psychiatry ha determinado que hasta seis de cada 10 pacientes que desarrollan un cuadro clínico grave por culpa de la enfermedad pueden sufrir daños cerebrales. Es importante tener en cuenta que han centrado el estudio sólo en los pacientes más graves, por lo que no tiene por qué aplicarse a los casos leves o moderados.
De acuerdo con el informe, un 62% de los pacientes incluidos en la muestra sufrieron un derrame durante su estancia en el hospital, mientras que casi un tercio llegaron a sufrir demencia y síntomas de psicosis, como la pérdida del contacto con la realidad.
Según explican los propios investigadores, procedentes de las universidades de Liverpool, Southampton, Newcastle y el College de Londres, si bien el estudio usa una muestra muy pequeña para sacar conclusiones tajantes, consideran que ofrece una idea de algunas de las secuelas neurológicas menos conocidas de la covid-19.
Otro de los problemas observados en este estudio, que también han confirmado varios informes anteriores, es el hecho de que al menos un tercio de los pacientes graves por covid-19 recogidos en el análisis desarrollaron coágulos de sangre, provocando importantes derrames y hasta ictus cuando migraban hasta el cerebro, cortando la circulación de la sangre.
De hecho, este fue el síntoma neurológico más común entre los pacientes incluidos en el informes, con un 62% de los casos, fueron las apoplejías. La inmensa mayoría de ellas fueron causadas por coágulos en el cerebro. Otro dato importante es que el 82% de estos pacientes tenían más de 60 años.
El primer estudio con más de 100 pacientes
Benedict Michael, de la Universidad de Liverpool, y autor del estudio, destaca en el texto que hasta ahora las asociaciones entre la infección de COVID-19 y los posibles daños de ese tipo se habían limitado a resultados extraídos de estudios de diez pacientes como máximo. "El nuestro es el primero a nivel nacional sobre complicaciones neurológicas asociadas con la COVID-19, pero es importante anotar que se centra en casos que son lo suficientemente graves como para requerir hospitalización", emplaza.
Además de las apoplejías, detectaron que al menos 39 enfermos mostraron señales de confusión o cambios en su conducta, evidenciando un estado mental alterado y, de ellos, nueve sufrieron una disfunción cerebral no especificada, conocida como encefalopatía, mientras que siete padecieron inflamación cerebral -encefalitis-. Otros 23 enfermos con estado mental alterado fueron diagnosticados con condiciones psiquiátricas, como depresión o ansiedad. No eran patologías que sufrieran de antes.
"Nuestro estudio representa un temprano e importante paso hacia adelante para definir las complicaciones neurológicas en pacientes con COVID-19", lo que dará información "cara a los próximos pasos inmediatos en la investigación neurocientífica de COVID-19", ha destacado Michael.
Más estudios sobre el impacto neurológico
No es el único estudio que se ha realizado sobre el tema. A mediados de este mes, la revista Journal of Alzheimer's Disease ha publicado una revisión exhaustiva del efecto de la Covid-19 en el sistema nervioso que clasifica el daño cerebral causado por el coronavirus en tres etapas.
Uno de los autores, Majid Fotuhi, director médico del Centro de Aptitud Cerebral NeuroGrow (Estados Unidos), ha pedido más investigación sobre los efectos a largo plazo de la Covid en el cerebro y ha destacado la necesidad de que los pacientes reciban una resonancia magnética del cerebro antes de salir del hospital.
"Estamos aprendiendo que un número significativo de pacientes hospitalizados de Covid-19 tienen varios grados de deterioro cerebral. Como comunidad médica, necesitamos monitorear a estos pacientes a lo largo del tiempo ya que algunos de ellos pueden desarrollar declive cognitivo, déficit de atención, niebla cerebral o enfermedad de Alzheimer en el futuro", explicaba su autor.
Los investigadores advierten sobre los problemas neurológicos de los pacientes que sufren de Covid-19, entre los que se incluyen los accidentes cerebrovasculares, las convulsiones, la confusión, los mareos, la parálisis y/o el coma. Ya hay dos docenas de informes de casos que revelan el impacto de Covid-19 en los cerebros de los pacientes.
Las tres etapas del daño neurológico
El documento propone la adopción de un esquema de clasificación de tres etapas para proporcionar una base a partir de la cual se puedan construir futuras hipótesis e investigaciones sobre el SARS-Cov2 y el sistema nervioso. En la primera etapa, el daño del virus se limita a las células epiteliales de la nariz y la boca y los principales síntomas incluyen la pérdida transitoria del olfato y el gusto.
En la segunda, el virus desencadena un flujo de inflamación, llamado tormenta de citoquinas, que comienza en los pulmones y viaja por los vasos sanguíneos a través de todos los órganos del cuerpo. Esta tormenta de citoquinas lleva a la formación de coágulos de sangre que causan pequeños o grandes derrames en el cerebro.
Mientras que, en la última, un nivel explosivo de tormenta de citoquinas daña la barrera hematoencefálica, la capa aislante protectora de los vasos sanguíneos del cerebro. Como resultado, el contenido de la sangre, los marcadores inflamatorios y las partículas de virus invaden el cerebro y los pacientes desarrollan convulsiones, confusión, coma o encefalopatía.
Fotuhi señala que muchos pacientes con Covid-19 pueden no tener síntomas neurológicos perceptibles al principio; pero en algunos casos, los pacientes pueden presentar síntomas neurológicos incluso antes de tener fiebre, tos o dificultad para respirar. Además de someterse a una resonancia magnética mientras están en el hospital, subraya que los pacientes necesitarán ser controlados en unos pocos meses después de su hospitalización.
"Nuestra experiencia con formas anteriores de coronavirus sugiere que a largo plazo los pacientes pueden desarrollar depresión, insomnio, enfermedad de Parkinson, pérdida de memoria o envejecimiento acelerado en el cerebro. Para aquellos que se recuperan de Covid-19, recomiendo ejercicio regular, comer una dieta saludable para el corazón, reducir el estrés y mejorar el sueño; estas son formas críticas en las que los pacientes pueden rejuvenecer su cerebro y minimizar el tener malos resultados en el futuro", apostilló Fotuhi.