Con la vista puesta en enero, cuando comenzarán a llegar a España las primeras vacunas del coronavirus, sin duda la noticia más esperada, hay un dato que preocupa: la desconfianza de parte de los españoles: sólo un 40% estaría dispuesto a vacunarse inmediatamente. Una reticencia que preocupa al Gobierno que, mientras sigue trabajando en su plan de vacunación, insiste: sólo se van a utilizar vacunas que sean seguras.
"Las vacunas salvan vidas", aseveraba este jueves en el Congreso de los Diputados el ministro Salvador Illa, en su comparecencia en la Comisión de Sanidad para dar cuenta de las medidas adoptadas contra la covid-19. Una comparecencia en la que el titular de Sanidad anunció que las primeras dosis estarán en España antes del 10 de enero e insistió varias veces en un mensaje: "Sólo se van a utilizar vacunas que sean seguras y eficaces"
Un mensaje necesario si se tiene en cuenta que, según afirmaba este mismo jueves en una entrevista en Antena 3 el presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), José Félix Tezanos, la proporción de la población que está dispuesta a vacunarse inmediatamente alcanza el 40%.
Un dato alentador si se tiene en cuenta que el porcentaje de la última encuesta estaba ocho puntos por debajo. Pero que, todavía, muestra incertidumbre. Así, otro estudio publicado por el CIS el pasado 4 de diciembre, apuntaba que el 32% de los españoles estarían dispuestos a vacunarse inmediatamente, mientras que el 55,2% prefiere esperar a conocer sus efectos. Quienes no se la pondrían en ningún caso tan sólo representan el 8,4%.
La única esperanza
Vozpópuli ha trasladado esos porcentajes a diferentes sociedades científicas. También a quienes, además de conocer bien lo que significa una vacuna (por su profesión), han padecido los devastadores efectos del coronavirus y, cómo no, a quienes, en su día no tuvieron la oportunidad de recibir una vacuna que les habría cambiado su vida: los niños y niñas de la polio. Todos coinciden: es comprensible cierto grado de incertidumbre, pero no hay duda que valga: esto es una pandemia y la vacuna es la única esperanza.
"Es lícito y comprensible que haya un número elevado de gente que no quiere vacunarse. Hay miedo a lo desconocido. Pero, lo que quiero dejar claro, es que independientemente de la rapidez con la que se han desarrollado las vacuna, porque epidemiológicamente estamos en una situación muy delicada, tiene todas las garantías y la aprobación por los organismos reguladores hace que tenga una validez absoluta", asevera a Vozpópuli el doctor José Ignacio Peis, coordinador del grupo de trabajo de Actividades Preventivas y Salud Pública de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).
El doctor Peis insiste: se están siguiendo todos los rigores científicos. Y avanza, dado que la administración de la vacuna recaerá sobre Atención Primaria, habrá que reforzar las plantillas, también por las tardes, para "adaptarse a la dinámica covid". Con el plazo de enero en el horizonte y el plan del Gobierno para administrar las primeras dosis a los grupos prioritarios, el médico señala que "lo razonable esperar a terminar la campaña de gripe" y seguir con las medidas de contención para evitar una tercera ola. Remarca su preocupación por la Navidad: "Un abrazo ahora puede ser un abrazo para siempre y para nunca".
Reticencias con las vacunas
"En la medicina, la seguridad nunca es del cien por cien, eso es así. Pero si las agencias reguladoras consideran que estas vacunas tienen unos niveles de seguridad óptimos, no hay duda", afirma a este digital el doctor José Manuel Ramos Rincón, coordinador de Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).
El doctor Ramos Rincón admite que "las vacunas siempre se miran con cierta precaución y reticencia. Esta quizá un poco más por la brevedad, porque se han hecho los ensayos en fase III en poco espacio de tiempo. Comprendo a la población, pero si la Agencia Europea del Medicamento, que es muy exigente, y la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), que es aún más exigente a la hora de que un fármaco pueda ser utilizado y aprobado, yo adelante".
Maricarmen Magro, coordinadora del Grupo de Enfermedades Infecciosas e Inmunología de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC) piensa que hay un "exceso de información y eso genera dudas a la gente. En este caso habría que ser muy estrictos y tener más filtros a la hora de manejar esa información. Ser escrupulosos y no publicar todo lo que llega".
La reticencia de parte de la población, añade Magro, "es la desconfianza de que es una enfermedad que nos ha llegado de sopetón; lo que se trasmite es que las vacunas se están desarrollando muy rápido cuando sabes que cualquier medicamento tarda muchísimo en salir adelante -en vacunas hasta diez años- pero sobre todo, los profesionales sanitarios tenemos que transmitir el mismo mensaje: hay agencias evaluadoras que deciden si pueden salir al mercado y son eficaces. Los efectos adversos que se están recogiendo son muy raros y todavía hay que ver si se han generado por la vacuna". 
"No ha habido una buena comunicación"
"No ha habido una buena comunicación a la opinión pública. Cuando haces estas encuestas y la gente te dice: 'Yo no seré de los primeros, quiero ver cómo funciona esto'. No. Es que cuanto tú ya te puedas vacunar, cuando la autoridad sanitaria diga que ya te toca con la vacuna que ellos te digan, en ese momento, tanto esa autoridad sanitaria como los fabricantes de las vacunas, ya tienen toda la información necesaria", afirma tajante el farmacéutico Pedro Alsina, director de Relaciones Institucionales de Sanofi Pasteur y superviviente del coronavirus.
Alsina, experto en vacunación, recuerda que cada compañía fabricante ha enrolado en la fase clínica de las vacunas a, al menos, 30.000 voluntarios. "Sólo por el número de individuos que se han vacunado, no debería haber reticencias. No es que tú estés empoderado para que tomes la decisión de si quieres vacunarte o no, aunque evidentemente la decisión final va a ser tuya, pero si te dicen que perteneces a este grupo de riesgo y te puedes vacunar, es porque los datos están", afirma rotundo.
Al igual que ha sucedido en Estados Unidos, donde los expresidentes Barack Obama, George W. Bush y Bill Clinton han declarado que están dispuestos a ponerse la vacuna de forma pública para dar ejemplo, en España son muchas las voces que en estos días han lanzado en redes sociales el hastag #yomevacuno para animar a la población a disipar cualquier duda. En nuestro país, el expresidente Felipe González se ha ofrecido voluntario para ponerse la inmunización "en cuanto sea posible" y ha señalado que su confianza en la ciencia es "total".
Las reacciones de la vacuna de Pfizer
La recomendación de las autoridades británicas de que, "como medida de precaución", las personas con un "historial importante" de reacciones alérgicas no se pongan la vacuna de Pfizer y BioNTech, recién aprobada en Reino Unido, después de registrarse dos casos de reacciones alérgicas, ha contribuido a aumentar la confusión, admiten las voces consultadas.
Desde la junta directiva de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) puntualizan que "no se puede generalizar la evitación de la administración de la vacuna a todos los que han tenido reacciones graves a fármacos y/o alimentos". Las reacciones alérgicas que puedan desprenderse de la vacuna, prosiguen, dependerán de la composición de la misma (cuáles son los excipientes que la conforman y de qué forma se genera la parte activa de la vacuna).
Y matizan: cada vacuna puede ser diferente, tanto por el medio de desarrollo de la misma como por los excipientes que la componen. Por ejemplo, citan, el polietilenglicol (PGE) es un excipiente de muchos fármacos que puede producir reacciones alérgicas. Como principio activo, indican, la mayoría están formadas por virus atenuados o fragmentos proteicos, y otras como la del coronavirus de Pfizer, por ARN del virus vehiculada en nanopartículas lipídicas de polietilenglicol.
Como excipientes, algunas, como por ejemplo la triple vírica o la de la gripe, añaden desde la sociedad, pueden contener trazas de proteínas de huevo y algunos antibióticos. En el caso concreto de la vacuna deel coronavirus, puntualizan, contiene PEG y no contiene, sin embargo, trazas de huevo ni antibióticos.
La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica dice sobre la vacuna de la covid-19 de Pfizer que tiene, en principio, las mismas contraindicaciones en los alérgicos que cualquier otra
Así, la SEAIC ha querido dejar claro que la vacuna de la covid-19 de Pfizer tiene, en principio, las mismas contraindicaciones en los alérgicos que cualquier otra. "Eso ya lo sabemos, sobre todo con las que son en viales multidosis, como es el caso de esta. Algunas contienen antibióticos para que no se contaminen en las manipulaciones; si eres alérgico al antibiótico puedes tener una reacción (a pesar de que lleve cantidades muy pequeñas del antibiótico) y por eso en la vacunación tienes que estar un tiempo en observación", señala Pedro Alsina.
Convencer mejor que vencer
¿Debería ser obligatorio vacunarse?. El ministro Illa lo ha descartado en sucesivas ocasiones. Los expertos consultados por Vozpópuli se pronuncian en el mismo sentido. "La vacunación en España no es obligatoria. Un juez, te puede obligar a vacunar en aras de la salud pública, pero hay otras estrategias más efectivas", indica el doctor Peis que se remonta a 2010 para relatar un caso que causó una enorme controversia. Sucedió en Granada cuando surgió un brote de sarampión entre niños (59 contagiados) de un colegio del barrio del Albaicín. Un juez obligó a que fueran vacunados.
"Se pueden utilizar otra serie de estrategias, aparte de que deontológicamente o éticamente, podría ser lícito plantear un cambio en esa postura, pero hoy por hoy lo que se puede intentar es sancionar con multas o si se promulga algún tipo de ley que se haga en el sentido de que sea imprescindible para algún tipo de desarrollo, por ejemplo el desarrollo profesional del médico, de alguna empresa, para hacer un seguro de vida; acudir a una guardería o acceder a un empleo", indica el doctor Peis.
Altos porcentajes de vacunación
En general en España "no hay un problema de antivacunas, las coberturas están en el 95%", advierte Alsina. El resto, indica, es un porcentaje de niños "que no se pueden vacunar porque están inmunodeprimidos; de niños que, por exclusión social, no están en el sistema y no se vacunan y luego existirá un pequeño porcentaje de niños de padres antivacunas. Si hay es dudas porque han aparecido noticias ambiguas o ha habido un empacho de información. Pero no soy partidario de la obligatoriedad, convencer siempre es mejor que vencer", abunda.
Su visión personal, tras haber vivido en primera persona la brutalidad de la enfermedad en la primera oleada, es clara: "No entiendo que, en general, haya tantas personas que no sean conscientes de la gravedad del momento que estamos viviendo, no solo sanitario, también económico. Yo lo he vivido de cerca: he tenido una neumonía bilateral y un tromboembolismo pulmonar; estuve cerca del pozo y no entiendo como la gente no es consciente y alguien tenga dudas sobre la vacuna por muy mal que se comunique. Es la única esperanza que tenemos".
Los 'niños de la polio'
Alsina se remonta al efecto de virus tan perniciosos como el de la polio. "Yo era pequeño y estabas con turroncito de azúcar y veías a tus compañeros con hierros en las piernas; te daba miedo y ni te lo cuestionabas. ¿Por qué nos lo cuestionamos ahora?. Quizá no hemos visto todo lo que teníamos que ver", sentencia.
El problema es si mi decisión afecta a otras personas. Siempre esos efectos secundarios serán más benévolos que no habértela puesto", dice la presidenta de la Asociación Malagueña de Afectados de Polio y Postpolio
Gracia Acedo, presidenta de la Asociación Malagueña de Afectados de Polio y Postpolio, conoce muy de cerca lo que supone no recibir una vacuna que, como a otros 20.000 niños españoles, le habría cambiado la vida. En uno de los episodios más oscuros de la sanidad franquista y hoy sufren las consecuencias de no haber sido vacunados.
"Si tú no te vacunas, tu decisión puede perjudicar a otra persona y padecer ese virus de la covid. De hecho, en estos años han reaparecido enfermedades que ya estaban erradicadas. Esa es la responsabilidad como ciudadano. El problema es si mi decisión afecta a otras personas. Siempre esos efectos secundarios serán más benévolos que no habértela puesto", zanja Acedo.