El CEO de la farmacéutica británica AstraZeneca, que este miércoles tuvo que paralizar de manera temporal los ensayos clínicos de su vacuna contra la covid-19, ha asegurado que sigue cabiendo la posibilidad de que la inyección que están desarrollando llegue a finales de año -o a principios del que viene-.
Este miércoles, la compañía, que está trabajando en colaboración con la Universidad de Oxford en una vacuna contra la covid-19, interrumpió sus pruebas clínicas en fase III después de descubrir un caso de mielitis aguda -una patología neurológica relacionada con la inflamación de la médula ósea- en una de las voluntarias en sus pruebas clínicas en Reino Unido. Aún se desconoce si la participante tenía patologías previas y si la enfermedad está o no directamente relacionada con la vacuna.
Se trata de una práctica muy habitual dentro de la industria farmacéutica y de hecho, es la segunda vez que se interrumpen los ensayos clínicos de esta vacuna. "La diferencia con otros ensayos clínicos es que no todo el mundo está pendiente de ellos. Se paran, se estudian y se retoman", ha apuntado el CEO de AstraZeneca, Pascal Soirot, en una intervención ante la prensa recogida por el diario británico The Guardian.
Por el momento, los investigadores están analizando lo sucedido y se espera que se retomen las pruebas próximamente, Soirot, aún no tiene constancia de cuándo sucederá. "Creo que aún estamos a tiempo de tener datos suficientes sobre nuestros ensayos clínicos para entregárselos a los reguladores antes de finales de año", ha explicado el directivo de la compañía. "Esto implica que todavía podríamos tener una vacuna lista a finales de este año o principios del que viene", ha aseverado.
Un plazo muy poco realista
A pesar del optimismo de Soirot, el caso de esta voluntaria británica podría considerarse un baño de realidad para la Unión Europea, el Gobierno de Pedro Sánchez e incluso la propia farmacéutica, que han pecado de optimismo a la hora de garantizar plazos que no sabían si podían cumplir.
No obstante, desde hace meses son muchos los expertos que advierten que el plazo de finales de 2020 es muy poco realista. Si bien la comunidad científica está realizando un sprint sin precedentes para lograr desarrollar una vacuna lo antes posible, de media se tardan 10 años en lograrlo, por lo que sólo el hecho de que se vaya a conseguir en un año es todo un hito.
Tal y como decía hace algo más de un mes en una entrevista con Vozpópuli el presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV), Amós García Rojas, el plazo de finales de 2020 "es casi imposible" de cumplir, a pesar del optimismo que han mostrado desde un primer momento desde el laboratorio británico.
Este mismo miércoles, la jefa de científicos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Soumya Swaminathan, advertía sobre el tema. En una intervención ante los medios de comunicación, la experta india aseveró que lo normal es que la vacuna contra la covid-19 noesté disponible para la población general antes de 2022.
En esa comparecencia, la OMS consideró alentador que varias vacunas estén en la llamada fase 3 de estudio, que implica hacer pruebas a decenas de miles de personas, pero advirtió que “aún queda un trecho por recorrer". “Muchos piensan que a principios del próximo año llegará una panacea que lo resuelva todo, pero no va a ser así: hay un largo proceso de evaluación, licencias, fabricación y distribución”, subrayó.