Un año después de que el coronavirus comenzara a propagarse por el mundo y la mascarilla a formar parte de nuestras vidas, continúa el debate en torno a cuál es la mejor para protegerse frente al virus: higiénicas, quirúrgicas, FFP2, FFP3... Por lo pronto, el Ministerio de Consumo acaba de anunciar que endurecerá los requisitos en la venta de las higiénicas, que sólo podrán ser testadas por laboratorios acreditados. Mientras farmacéuticos y asociaciones de consumidores se enfrentan a costa de las que se venden en las grandes superficies y, desde los sindicatos sanitarios, piden que, para entrar en un recinto hospitalario, se exija que se lleve una quirúrgica.
Las indicaciones del Ministerio de Consumo siguen siendo las mismas: la higiénica es la que se recomienda para la población sana; para los positivos en covid, sintomáticos o asintomáticos, se aconseja la quirúrgica. Su función, que el personal sanitario y los pacientes infectados (o sospechosos de estarlo) transmitan agentes infecciosos. Están diseñadas para filtrar el aire exhalado y su misión es proteger a quien está a alrededor, evitando la dispersión vírica al estornudar, toser o hablar.
Después, como es sabido, están las FFP2 y FFP3 que se consideran Equipos de Protección Individual
(EPI) y se recomiendan fundamentalmente para su empleo por profesionales para crear una barrera entre un riesgo potencial y el usuario. También se recomiendan para grupos vulnerables por indicación médica. Tienen como finalidad filtrar el aire inhalado evitando la entrada de partículas contaminantes en
nuestro organismo.
Las mascarillas FFP2 y FFP3 están reguladas por la normativa europea UNE-EN-149. Su fabricación está sujeta a un estricto proceso de fabricación, con su consiguiente certificación y homologación para garantizar la máxima protección posible frente a partículas y aerosoles, explican desde la empresa alemana de tecnología médica Dräger.
Desconcierto entre los consumidores
Dicho esto, el empuje de la tercera ola ha reavivado el debate sobre cuál es la mascarilla más recomendable. La orden ministerial suscrita esta misma semana por Alberto Garzón, ministro de Consumo, busca poner orden en la comercialización de las higiénicas. A partir de ahora, deberán indicar en su envase qué normas, especificaciones técnicas, acuerdos de trabajo u otros documentos técnicos de un organismo de normalización reconocido, se han seguido para la fabricación del producto final o sus materiales.
También, según Consumo, indicarán los datos testados sobre eficacia de filtración del material, la resistencia a la respiración o permeabilidad al aire y el laboratorio empleado para su realización. En productos reutilizables deberán figurar los datos obtenidos antes y después del lavado indicados por el fabricante. Se prohíbe, además, la comercialización de estas mascarillas fuera del envase original. El problema, que todavía son muchos los establecimientos que, a estas alturas, no son capaces de diferenciar, cuando se les pregunta, cuáles de las mascarillas que venden son quirúrgicas o higiénicas.
Quirúrgicas en las visitas
Este mismo viernes, el Sindicato de Enfermería, SATSE, pedía a las consejerías de Sanidad de las comunidades autónomas que posibiliten la entrega de, al menos, una mascarilla quirúrgica a cualquier persona que acuda a un centro sanitario llevando una mascarilla higiénica, para así reducir aún más las posibilidades de contagio. Para el sindicato, una mascarilla higiénica, ya sea de tela (reutilizable) o celulosa (no reutilizable), debe tener una alta capacidad de filtrado, y, para ello, ha de cumplir una serie de requisitos de fabricación y estándares de calidad.
Según la nueva normativa de Consumo las mascarillas higiénicas deberán garantizar una filtración superior al 90% lo que implica que las de tela con baja filtración no se podrán vender bajo este nombre. Según SATSE, no resulta fácil diferenciar a simple vista si una persona que acude a un hospital o centro de salud lleva una mascarilla higiénica debidamente homologada. Por eso piden que se proporcione, al menos, una quirúrgica a quien acuda a un centro sanitario.
Las farmacias piden claridad
De confusión precisamente se quejaba esta semana el Colegio de Farmacéuticos de Huelva quien pedía a las organizaciones de consumidores que "no confundan a los usuarios acerca del nivel de protección que ofrecen las distintas mascarillas". Sin citar a qué organización aludían, el Colegio cuestionaba el "particular ranking de mascarillas higiénicas de cadenas de supermercados" que acaba de elaborar la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
Según los farmacéuticos onubenses en el listado se indica que esas mascarillas, en algunos casos, ofrecen una "protección del 99%", cuando a esos niveles, señalan desde el Colegio andaluz, sólo se acercan las mascarillas de tipo FFP2 o FFP3". insistiendo incluso en que "al contrario de los que algunos suponen o quieren dar a entender, hay mascarillas higiénicas, sencillas y asequibles, con una eficacia de filtración equivalente a mascarillas médicas, pero con la ventaja de su menor precio y mayor respirabilidad".
Desde el Colegio se insiste en que tanto las mascarillas higiénicas como incluso las quirúrgicas están diseñadas para filtrar el aire exhalado, por lo que su misión es proteger a quienes están alrededor de la persona que las lleva "al evitar tan sólo la dispersión vírica al estornudar, toser o hablar". Aseguran que a lo largo de la pandemia "se ha extendido el concepto de que si todos llevásemos mascarillas higiénicas o quirúrgicas se atajaría la propagación del virus y es un planteamiento válido, ya que más que protegernos a nosotros mismos, protegeríamos a los demás".
Igual de eficaces
Desde la OCU, consultada por Vozpópuli, indican que "lo cierto es que el análisis de mascarillas higiénicas apunta que las desechables son tan eficaces como las quirúrgicas. Salvo en un caso, los modelos analizados alcanzaban o superaban el 98% de eficacia en la filtración que se exige a las mascarillas quirúrgicas tipo II".
Las mascarillas higiénicas reutilizables no son tan eficaces, añaden desde la organización. "Pero la gran mayoría superan el 90% exigible por la norma UNE 0065. Y algunas incluso superan el 95%, el límite exigible a las mascarillas desechables según la norma UNE 0064, la normativa nacional más exigente a nivel europeo", concluyen.