La comunidad científica está alerta ante la posibilidad de que se produzca una segunda oleada de Covid-19 que, de acuerdo con los últimos datos, podría estar comenzando en China. Durante los últimos días, el número de nuevos contagios en el país donde se originó el brote está generando tensión entre los científicos, que temen un posible rebrote del virus y ven cómo la teoría basada en frenar la epidemia basándonose en la "inmunidad de grupo" puede no ser una estrategia efectiva.
Para comprender este nuevo debate científico es importante saber qué implica la famosa inmunidad de grupo o inmunidad de rebaño, como se dice en inglés. Primero es importante tener en cuenta que esta se basa en la idea de que aquellos que superan la Covid-19 son inmunes al mismo. Esto a día de hoy no está demostrado. Si bien es cierto que el último estudio científico sobre el SARS-COV-2 parece indicar que la hipótesis británica es posible, es una teoría todavía por confirmar, ya que la información de la que disponemos sobre el virus sigue siendo muy limitada.
Este concepto se refiere a una suerte de inmunidad colectiva que implica que después de que se haya contagiado un porcentaje determinado de la población, el amplio número de personas inmunes al virus frenará de por sí la aparición de nuevos casos, ya que menos personas podrán contraer el coronavirus.
Se basan en el famoso número R0, que mide cómo de infecciosa es una enfermedad. Siempre que sea mayor a 1, la enfermedad seguirá expandiéndose, pero una vez logre ser inferior, puede empezar a extinguirse. Lo complicado de alcanzar la famosa inmunidad de grupo es que resulta extremadamente complicado determinar qué porcentaje de casos tiene que superarse para poder obtenerla.
De hecho, fue la estrategia de adoptó en un principio el primer ministro británico, Boris Johnson, como método de abordaje de la crisis sanitaria de la Covid-19. Poco después, el Gobierno británico tuvo que da marcha atrás y asumir medidas más similares a las adoptadas en España. El primer ministro contrajo coronavirus y ha sido dado de alta en la UCI recientemente.
La inmunidad de grupo
Ahora, este concepto ha vuelto a ponerse de actualidad a raíz de que el Gobierno haya anunciado que realizará en los próximos días un estudio de seroprevalencia a más de 30.000 hogares, con el objetivo de intentar determinar qué porcentaje de la población padece la enfermedad o la ha superado. Científicos de la Universidad Complutense estiman en un estudio que en España rondaría en torno al 70% de la población.
La semana pasada, la directora adjunta del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, María José Sierra, explicaba que el objetivo principal es obtener "información sobre qué porcentaje ha pasado ya la enfermedad y es inmune". Estos datos son fundamentales para que el Gobierno pueda decidir de manera efectiva cuándo empezar a levantar las medidas de confinamiento, aunque sea de manera gradual.
No obstante, parece que el fin de la epidemia, o al menos, de la cuarentena, no será tan fácil. China, el país donde surgió el virus y uno de los primeros en "superarlo" ha comunicado este lunes el mayor número de nuevos casos en más de seis semanas debido al aumento de positivos importados, muchos de los cuales se concentran en la frontera rusa. Aunque el número de infecciones diarias ha bajado bruscamente desde los máximos de febrero, China sigue registrando subidas de los contagios desde marzo, algo que preocupa enormemente al Gobierno chino.
Los riesgos del fin de la cuarentena
De hecho, un estudio publicado recientemente en The Lancet advierte sobre los peligros que tiene el fin de la cuarentena, ya que puede provocar una segunda oleada de contagios por culpa del virus. De acuerdo con los autores del documento, para el que han estudiado el impacto de la cuarentena en China, "la ausencia de una inmunidad de grupo" en el país asiático "sugiere que los contagios podrían resurgir con facilidad cuando se relajen las medidas de confinamiento".
Es por ello que apuntan que a pesar de que las "agresivas medidas de confinamiento" han logrado reducir el número R0 con bastante efectividad, que se produzca una "segunda oleada" de Covid-19 es más que posible debido a lo que califican como "reintroducción viral", es decir, la llegada de casos importados de otros países, así como por la nueva aparición de contagios comunitarios como consecuencia de la vuelta a la actividad económica y, por ende, a las calles.
En ese sentido, apuntan que relajar las medidas antes de tiempo puede producir que el número de casos crezca exponencialmente, incluso si se imponen "medidas agresivas" a posteriori para intentar controlar un rebrote del virus.
Como solución a este problema, hacen hincapié en la necesidad de monitorizar muy de cerca al virus para garantizar que, de producirse la segunda oleada, esta sea mucho más "manejable" que la primera. En ese sentido, apuntan que la detención temprana de casos es "esencial". En el informe los investigadores ponen como ejemplo la provincia china de GuangDong, que llegó a hacer más de 320.000 pruebas PCR en un mes.
Es por ello que recomienda a las autoridades chinas que aprendan de su experiencia frente a la Covid-19 para pensar en el proceso de desescalada y reapertura de actividades socioeconómicas. Para ello,apuntan que vigilar de cerca la transmisibilidad en tiempo real también “ayudará a garantizar que la prevalencia de la infección no exceda la capacidad de sobretensión del sistema de salud” y permitirá planificar y organizar a los servicios de salud para prevenir futuras muertes por coronavirus.