La epidemia de gripe ya ha llegado a nuestro país. Comenzó la semana pasada, y suele ser una onda epidémica que dura entre dos y tres meses. De acuerdo con los últimos datos, está afectando de media a 54 personas por cada 100.000 habitantes, aunque se estima que esa cifra pueda aumentar hasta los 200 casos.
Su incidencia, sumado al hecho de que no existe un tratamiento específico contra la misma -no puede tratarse con antibióticos, al igual que el catarro convencional- ha convertido a esta patología estacional en uno de los puntos clave del negocio de varias farmacéuticas en nuestro país. En particular, durante 2019, los laboratorios que venden antigripales en España se embolsaron un total de 229 millones de euros, con más de 28 millones de medicamentos vendidos.
A pesar de que los médicos siempre recomiendan evitar en la medida de lo posible la automedicación, ya que la gripe es una enfermedad autolimitada que implica que la mayor parte de los que la padecen se recuperan en unas pocas semanas, son muchas las personas que acuden a la farmacia en busca de medicamentos tan conocidos como el mítico Frenadol, de Johnson & Johnson.
Por lo general, los fármacos recomendados por los profesionales médicos para tratar este virus son genéricos como el paracetamol, un analgéisco para calmar el dolor de cabeza y la fiebre. No obstante, los denominados como antigripales tienen mucho éxito entre los consumidores. De acuerdo con datos proporcionados por la consultora especializada en el sector farmacéutico IQVIA, los antigripales más vendidos son Frenadol, Couldina, Respibien y el clásico Vicks Vaporub.
Lo que caracteriza a todos estos productos es que no requieren receta médica, por lo que es muy sencillo adquirirlos en la farmacia. Es por eso que son un mercado especialmente rentable para sus fabricantes (Respibien es de Laboratorios Cinfa, mientras que Vicks es propiedad de la multinacional Procter and Gamble) y cada vez son más los laboratorios que intentan producirlos. De acuerdo con IQVIA, en 2019, a pesar de que se vendieron menos unidades que el ejercicio anterior, los beneficios aumentaron hasta un 5%, ya que sus precios subieron.
La publicidad farmacéutica, su arma secreta
Por otro lado, el hecho de que no requieran receta médica permite a estas empresas hacer uso de un recurso que se les escapa para la mayor parte de sus productos: la publicidad. Todos los años, coincidiendo con la llegada del frío, comienzan a emitirse cientos de anuncios de televisión promocionando remedios contra el resfriado y la gripe.
De acuerdo con el último informe disponible de Arce Media junto a Berbés Asociados sobre la inversión publicitaria de la industria farmacéutica, en 2018 los grandes laboratorios se dejaron más de 144 millones de euros en publicidad. En particular, casi 30 millones estuvieron destinados a promocionar medicamentos contra el catarro y la gripe. Puede que esto tenga algo que ver con su éxito.
Según apuntan desde el propio informe, la publicidad de este tipo de productos se concentra, como es lógico, en el primer y cuatro trimestre del año. En particular, Johnson & Johnson destinó 4,7 millones de euros a promocionar Frenadol. Cinfa, por su parte, se gastó 1,7 millones en anunciar Couldina.
Desconocimiento sobre la vacuna
Según los datos del último informe del Sistema de Vigilancia de la Gripe que publica el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), durante la primera semana de este 2020 se ha registrado un “incremento significativo” de los casos de gripe con respecto a la anterior semana, aunque el nivel de intensidad todavía es bajo.
A pesar de lo populares que son los remedios que vemos anunciados por televisión, la medida más eficaz para evitar este virus es vacunarse contra el mismo, especialmente cuando se trata de población vulnerable. En particular, los profesionales médicos recomiendan vacunarse a las personas mayores, enfermos crónicos y mujeres embarazadas, pues con la vuelta a los colegios proliferará la enfermedad.
Aunque se trata de un virus que en la cultura popular no está considerado como grave, desde la Sociedad Española de Epidemiología y Microbiología Clínica (Seimc) advierten que se trata de una enfermedad vírica aguda que es muy fácil de transmitir. En 2019, se estima que 6.300 personas murieron a raíz de contagiarse, aunque en su mayoría eran población de riesgo. Es por ello que recomiendan, ante todo, vacunarse.