Hace apenas unos días, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) advertía en un informe sobre los efectos sanitarios y económicos que está teniendo a nivel mundial el aumento global de la obesidad, la que muchos consideran la epidemia de la salud occidental.
En particular, de acuerdo con el informe, la carga económica de esta patología se traduce en que cada español tiene que pagar de media 265 euros adicionales en impuestos cada año. Una cifra que está por encima de la media de la OCDE -181,60 euros- a pesar de la fama que tiene la dieta mediterránea. Los gastos sanitarios que dedica nuestro país a luchar contra la obesidad también está por encima de la media, ya que implican casi un 10% del gasto sanitario total.
Por otro lado, hacer ejercicio siempre ha sido una fórmula eficaz para acabar con el sobrepeso y la obesidad. Se trata de una medida sobre la que el consenso médico es indiscutible. Es por ello que la Federación de Instalaciones Deportivas (FNEID), la patronal de los gimnasios en España, demanda al próximo Gobierno mejoras fiscales que puedan “fomentar el acceso a la actividad física y luchar contra el sedentarismo y la obesidad”, tal y como ha podido saber Vozpópuli.
Uno de sus argumentos es que el reducir su tributación implicaría un ahorro sanitario
La realidad española es que el deporte no está tan extendido como parece. Según los últimos datos disponibles del Ministerio de Educación, el 73% de la población española de entre 18 y 74 años no hace ningún tipo de actividad física o sólo de manera ocasional. Por si esto fuera poco, según la Encuesta de Salud del Ministerio de Sanidad, más de 6,5 millones de adultos en nuestro país padecen obesidad. La tasa de sobrepeso es aún mayor: afecta al 54% de la población española.
Es por ello que la organización reclama a los partidos políticos que se presentan el próximo 10 de noviembre a las elecciones que tras la subida del tipo impositivo del 8% al 21% de IVA a los usuarios de instalaciones deportivas, se adopten mejoras fiscales - bien a través del IVA o de la desgravación en la Declaración de la Renta- a su situación por “motivos tanto sanitarios como económicos”.
Bajar el IVA, ahorro sanitario
Uno de sus argumentos es que el reducir su tributación implicaría un ahorro sanitario. De acuerdo con datos del Consejo Superior de Deportes, cada euro invertido en actividad física representaría un ahorro de 2,9 euros en gasto público sanitario y farmacéutico, al reducirse el riesgo de padecer enfermedades.
Por otro lado, denuncian que mientras que el resto de sectores que sufrieron la subida impositiva en 2012 -salas de fiestas, discotecas, teatros o festejos taurinos- han visto cómo se ha revisado o reducido su tributación, las instalaciones deportivas continúan pagando un 21% de IVA “algo que lastra el desarrollo del sector”.
El gerente de FNEID, Alberto García Chápuli, sostiene que es el momento de regular la situación de un sector que promueve estilos de vida saludables y lucha contra las altas cifras de sedentarismo, alarmantes entre la población española.“Los usuarios de instalaciones deportivas sufren el máximo tipo impositivo en España, a pesar de que deciden invertir parte de sus ingresos en practicar actividad física en instalaciones adecuadas con profesionales especializados, no tiene sentido”, señala.
En particular, la patronal estima que una mejora de su situación fiscal podría aumentar hasta en un 30% el número de usuarios en las instalaciones deportivas. Esto implicaría 1,7 millones de personas más haciendo uso de centros deportivos, tanto públicos como privados.