El asma es una enfermedad cada vez más común en nuestra sociedad, con un aumento de la prevalencia de esta patología que no hace más que crecer. En España, se estima que más de tres millones de personas sufren asma, de los cuales cerca de un 10% tienen asma grave.
Esta variante de la patología, que en la mayoría de los casos no está controlada por un médico, puede poner en riesgo la vida del paciente y de acuerdo con un informe compartido por la farmacéutica británica GSK, absorbe el 50% del gasto total que se destina a esta enfermedad.
“Los síntomas del asma grave no difieren especialmente en los diferentes niveles de gravedad de la enfermedad, pero son más frecuentes y mas intensos. Con frecuencia precisan atención urgente, ocasionando absentismo escolar y laboral. Si no se consigue un adecuado control, es una enfermedad invalidante y que altera la calidad de vida”, asegura la doctora Concepción Cañete, de la Societat Catalana d'Al·lèrgia i Immunologia Clínica (SCAIC).
Medicamentos biológicos
Algo que ha marcado un antes y un después en el tratamiento de esta enfermedad han sido la aparición de varios tratamientos biológicos, que debido a su alto coste han subido "la factura" del asma grave.
Según apunta el neumólogo César Picado, miembro de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), han "supuesto un cambio radical y una verdadera revolución, porque estas enfermedades se pueden controlar mejor y es posible reducir otros fármacos”.
El asma, detallan desde la sociedad, se caracteriza por tener en sangre un número elevado de un tipo de leucocitos denominados eosinófilos que se suele asociar a una reacción inmunológica potente. Existe eosinofília cuando se tiene entre 500 y 1.500 eosinófilos por microlitro (µl) de sangre y se considera que hay hipereosinofília cuando se superan los 1.500 eosinófilos/µl.
Esa reacción, añaden desde la SEPAR, puede afectar las vías áreas, el parenquima pulmonar y los vasos sanguíneos de pequeño y mediano tamaño. En una ponencia presentada recientemente en Málaga, César Picado ha destacado que los tratamientos biológicos que hasta ahora se han utilizado para tratar el asma eosinofílica también son útiles para otras dolencias pulmonares graves.
El neumólogo cita la aspergilosis broncopulmonar alérgica (afecta a pacientes asmáticos y niños con fibrosis quística que presentan una reacción alérgica frente al hongo Aspergillus fumigatus que prolifera en las vías aéreas e induce una respuesta alérgica); la neumonía eosinófila crónica, (una pulmonía que se produce por una inflamación eosinofílica pulmonar, de origen desconocido) y la granulomatosis eosinofílica, una enfermedad rara y grave que se caracteriza por el padecimiento de asma con mucha eosinofilia.