Ayer se daba a conocer la noticia que el nuevo repunte del coronavirus en el norte de Italia ha provocado que se dispare la demanda de mascarillas en todas las farmacias españolas, que llevan sufriendo desabastecimientos desde que comenzó la epidemia en China.
Esta mañana, una portavoz del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM) aseguraba a la agencia Europa Press que en las farmacias madrileñas ya hay "desabastecimiento total" de mascarillas, donde en numerosas boticas han impuesto listas de espera y límite de productos por persona.
También esta mañana, el Hospital Clínico Universitario Virgen de la Victoria de Málaga ha iniciado un expediente administrativo a un profesional médico por robar cerca de 12 cajas de mascarillas. Que la preocupación por el aumento de casos de Covid-19 ha llegado a la población es un hecho. No obstante, ¿Sirve de algo correr a nuestra farmacia a por una mascarilla? ¿Es necesario?
Esta misma mañana, Fernando Simón, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, repetía por enésima vez lo mismo: "No tiene sentido que la población general use mascarillas". Durante su comparecencia en el Ministerio de Sanidad para informar sobre el avance del brote, que en España ya ha registrado una docena de casos, ha elevado el nivel de riesgo a "moderado" en aquellas zonas donde se han registrado contagios. No obstante, ha destacado que en las zonas donde no hay ningún caso, el riesgo es "nulo".
Entonces, ¿por qué la gente en China usa mascarillas? ¿De dónde procede la recomendación? El covid-19 se transmite de manera similar a la gripe, a través de las partículas en el aire que expulsamos al estornudar o toser. Muchas de estas partículas suelen quedarse en las manos, que luego usamos para tocarnos la boca, la nariz y los ojos.
Las mascarillas, por tanto, son una medida especialmente útil para que las usen los infectados, ya que evitan que propaguen dichas partículas. En personas sanas, ni la OMS ni el Gobierno recomiendan su uso. Lo que sí recomiendan, por el contrario, es lavarse las manos con frecuencia, así como el uso de geles desinfectantes, que también se han agotado en muchas farmacias.
Por ejemplo, en Asia, el uso de mascarillas está muy extendido -desde antes del coronavirus- por aquellas personas que tienen un resfriado, ya que así evitan contagiar a más gente en sitios cerrados como el transporte público. También se suelen usar para evitar la mala calidad del aire por culpa de la contaminación. Ahora, debido a la enorme cantidad de casos y a que el periodo de incubación son 14 días, las autoridades chinas han ordenado su uso.
¿Quién sí debe usar mascarillas?
Como hemos explicado anteriormente, una persona sana que no presente síntomas no tiene por qué usarlas como forma de prevención. Según informa la OMS en sus recomendaciones, de las que se ha hecho eco el Ministerio de Sanidad, sólo se deben usar mascarillas si se está cuidando a una persona sospechosa de tener coronavirus.
En otras palabras, están destinadas al personal médico, que está comenzando a sufrir desabastecimientos. Por otro lado, si no se acompañan de un lavado de manos frecuente, poco pueden hacer contra un contagio.
También las recomiendan en el caso de aquellas personas que hayan viajado a zonas de riesgo -en España las denominadas como zonas de riesgo por el Ministerio de Sanidad son China, Japón, Corea del Sur, Irán, Singapur y el norte de Italia-. No obstante, desde Sanidad hacen hincapié en que en estos casos lo mejor es llamar al centro sanitario o acudir para ser diagnosticado.
Es por ello que desde la comunidad médica recomiendan no acudir en tropel a las farmacias para hacerse con una mascarilla, ya que hay población de riesgo que sí las necesita. Si continúan los desabastecimientos, podría ponerse en riesgo a personas con patologías previas o incluso personal médico para quienes su uso es fundamental.
Los médicos piden calma
Los médicos piden tranquilidad. Y, advierten, no tiene sentido correr a la farmacia a abastecerse de mascarillas. “La mascarilla sirve para protegernos de alguien que esté enfermo, no para protegernos nosotros de la enfermedad. No es necesario. En absoluto. Puede ser necesario para el personal sanitario que esté atendiendo un posible caso, pero no para la población normal”, asegura José Ignacio Peis, coordinador del grupo de trabajo de Actividades Preventivas y Salud Pública de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).
Peis, médico en un centro de salud de Jaén, corrobora que también en la ciudad andaluza se ha producido desabastecimiento de mascarillas. Y habla de alarma social injustificada. “Hay que mantener la calma. La gripe común mata más que el coronavirus y otros virus (cita el SARS o el ébola) fueron mucho más agresivos. Evidentemente en un mundo global, el COVID-19 se va a expandir, pero va a ser un virus que nos va a crear inmunidad y no hay que alarmarse, andar por la calle con mascarillas o alejándose de los italianos o los sirios. Con las medidas de higiene normales no va a haber muchos problemas”, asegura el médico.
Lo que sí aconseja es que, hasta que la declaración de una posible pandemia se resuelva, se eviten lugares de donde haya multitud de personas “porque ahí no puedes controlar quien está sano o enfermo”.
La mascarilla vale para quien tiene síntomas, no para el sano, apostilla el doctor José Manuel Ramos, coordinador nacional del grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI). Es más, el especialista indica que “es más importante la higiene de manos con el jabón líquido” y, como su colega de Jaén, el no estar en sitios multitudinarios.
“Las instituciones sanitarias a nivel de salud pública tienen que tomar una serie de precauciones para evitar la transmisión de este virus, que no se comporta mucho peor que otros, pero no deja de ser nuevo, reciente y tampoco lo conocemos. Se sospecha la forma de transmisión, pero falta evidencia, por ejemplo, sobre si puede permanecer en superficie durante dos o tres días o sobre el periodo de incubación (se estima en 14 días) que podría ser de más tiempo. Faltaría tener más conocimiento del virus”.
Además "no vale cualquier tipo"
A Guillermo Quindós, catedrático de Microbiología y Director del Departamento de Inmunología, Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina y Enfermería de la Universidad del País Vasco le preocupa el desabastecimiento de mascarillas que se está produciendo en España “porque hay gente enferma que las necesita realmente”.
Añade un dato importante: para que una persona esté “perfectamente protegida harían falta unas mascarillas con bastante capacidad de filtrado, es decir no valen las mascarillas quirúrgicas que hasta puede que la lleves mal o que te toques las con las manos los ojos después de haber tocado superficies que pueden estar contaminadas por secreciones respiratorias. Te va a crear una falsa sensación de seguridad que casi hace más daño que beneficio”.
En Europa existen tres estándares de protección con respecto al tipo de mascarillas, las FFP1 con un 78% de protección, las FFP2 con un 92%, y las FFP3 con un 98% de protección. Las mascarillas del tipo FFP se caracterizan por no necesitar mantenimiento. Cubren la boca y la nariz y normalmente se utilizan para la protección contra polvo o partículas peligrosas.
Quindós, admite hay demasiada alarma, pero lo considera lógico ante lo que es un virus desconocido. “En los temas nuevos necesitamos tiempo para comprender lo que está pasando. Aunque sea poco mortífero, es un virus que causa muertes. No somos inmunes a la presión de que cada día nos cuenten otro caso, hasta el más templado se pone nervioso”.