Suma y sigue. Tras más de una quincena de incidentes, otro árbol se ha desplomado este martes en pleno centro de Madrid. El ejemplar, de unos 9 metros según los testigos, se ha partido precipitándose sobre una terraza a la altura del número 95 de la calle Bravo Murillo. El incidente ha causado daños materiales en el bar donde se ubicaba la terraza, pero no ha habido que lamentar heridos ya que los clientes que estaban en las mesas afectadas acababan de levantarse.
Al lugar se han desplazado dos patrullas de la Policía Municipal para acordonar la zona y los bomberos han talado el ejemplar -que incluso se ha llevado por delante una farola- para poder despejar la calle. El servicio de bomberos informó de que a lo largo del día tuvo casi una veintena de avisos por caída de ramas a causa del fuerte viento.
El episodio de este martes se suma a más de una decena de accidentes relacionados con el arbolado madrileño, un problema que el Ayuntamiento de Madrid no ha sabido atajar aún pese a la gravedad de algunos de los sucesos y pese al compromiso del Consistorio de tomar medidas.
El pasado mes de abril, un pino de gran envergadura (unos 15 metros de largo) se partió desde la raíz y cayó sobre unos puestos de mercadillo situados en los jardines de la Plaza de España de Madrid. Tampoco provocó daños personales, pero ahondó en un problema que no es ni mucho menos menor para la ciudad. La sucesión de este tipo de percances comenzó en junio del pasado año, cuando un hombre murió en el parque del Retiro por esta causa. Desde estonces se han producido numerosos sucesos relacionados con la caída de árboles y ramas de gran tamaño. La segunda muerte se produjo en el barrio de Santa Eugenia, donde un hombre de 72 años falleció a causa del golpe que le propinó un árbol desplomado.