La actuación de un vecino sobre un Bien de Interés Cultural. Es el último caso que ha levantado la polémica esta semana en Burgos, donde un particular ha decidido instalar un cenador de estructura metálica sobre uno de los fragmentos de la muralla medieval de piedra que se conserva en pie.
El Consistorio de la ciudad ha decidido paralizar la instalación del cenador, alegando que la muralla le pertenece, pues en 1973 otros particulares lo cedieron a la ciudad. Se da la circunstancia de que la muralla está pegada a unas viviendas para las que la Junta de Castilla y León otorgó un permiso de rehabilitación. Precisamente sólo se puede acceder al trozo de la muralla desde ese edificio.
El trozo de muralla está pegado a unas viviendas para las que la Junta de Castilla y León otorgó un permiso de rehabilitación
Según explica la alcaldesa en funciones, Ana Bernabé, al diariodeburgos.es, el Ayuntamiento entiende que la muralla es un Bien de Interés Cultural (BIC) y, por que lo tanto, sólo se pueden realizar "actuaciones de conservación, mantenimiento y puesta en valor".
Hasta el momento las obras se habían desarrollado favorablemente, aunque en ningún se había otorgado licencia para instalar ninguna estructura. El abogado burgalés Rodrigo Sáiz García fotografió las obras y mostró su sorpresa en la red social Twitter por la instalación de la estructura.