Una de las terribles particularidades del cáncer de páncreas que lo caracteriza en sus múltiples formas es que las células dañadas crean una membrana que impide la actuación de los medicamentos en la quimioterapia. Los científicos llevan décadas intentando descubrir un tratamiento químico que destruya dicha membrana y permita la destrucción de las células cancerígenas, que podría disminuir la elevadísima mortalidad de los pacientes que sufren este cáncer.
Un grupo de científicos del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, pertenecientes al servicio de oncología, han logrado identificar un fármaco específico que destruye esta membrana. “Un gran paso que ayuda a dar esperanzas a los pacientes”, según afirman a Vozpópuli los doctores que han participado en este descubrimiento.
Medicamento contra leucemias y linfomas
El fármaco identificado se utiliza en el tratamiento de algunos tipos de leucemias y linfomas y ha demostrado su eficacia para frenar el crecimiento del cáncer de páncreas en un primer ensayo llevado a cabo con ratones infectados. La investigación, que publica este martes en su portada la revista Cancer Research, la han llevado a cabo investigadores del grupo de Modelización de terapias antitumorales en ratón del VHIO, que han demostrado la utilidad de un fármaco inhibidor de la quinasa BTK, denominado ibrutinib, para tratar el cáncer de páncreas en modelos preclínicos con ratones.
El ibrutinib es un fármaco hasta ahora utilizado para tratar algunas leucemias, pero la investigación ha revelado su utilidad para el cáncer de páncreas
El ibrutinib es un fármaco hasta ahora utilizado para tratar algunas leucemias y linfomas, pero la investigación, dirigida por la doctora Laura Soucek, ha revelado su utilidad para el cáncer de páncreas, lo que, según la oncóloga, abre la puerta a un nuevo enfoque terapéutico para otras patologías fibróticas. Los resultados fueron muy positivos, por lo que los investigadores decidieron probarlo también en modelos de adenocarcinoma de páncreas, el tumor de páncreas más frecuente y agresivo, que tiene una notable infiltración de mastocitos y una elevada tasa de crecimiento y diseminación.
"Los resultados fueron concluyentes y el crecimiento de los tumores en los animales se ralentizó", ha explicado Daniel Massó, uno de los investigadores del proyecto. Los médicos del hospital público barcelonés probaron tanto la administración de ibrutinib en forma de monoterapia como en combinación con la quimioterapia habitual en tumores de páncreas, y en ambos casos mejoró la supervivencia de los ratones.
"Los tumores de páncreas se caracterizan por hallarse entremezclados con un denso estroma fibroinflamatorio. Una especie de ovillo de fibroblastos y colágeno que hace un efecto parecido a una cápsula, lo que dificulta la llegada de los fármacos quimioterápicos al corazón del tumor de forma efectiva", destaca Massó. El ensayo con ratones ha demostrado que ibrutinib "reduce este estroma de forma evidente. Nuestra hipótesis es que este es el mecanismo por el cual ibrutinib, asociado a la quimioterapia habitual, mejora la supervivencia", ha concretado Massó.
El cáncer de páncreas es muy agresivo
Pese a que estos esperanzadores resultados son todavía preclínicos y se han obtenido usando ratones, el hecho de que los tumores de páncreas sean muy agresivos, unido a la escasez de opciones terapéuticas, y de que se trate de un fármaco existente ya aprobado para su uso en otros tipos de cáncer, abre la puerta a la posibilidad de aplicarlo en pacientes con cáncer de páncreas.
"Entre un descubrimiento científico y su aplicación clínica, normalmente pasan años. En este caso, dado que la eficacia y seguridad de este fármaco ya se conoce y ha sido aprobado previamente para otro tipo de tumores, es razonable esperar que rápidamente se pongan en marcha los ensayos clínicos", sostiene la investigadora Laura Soucek. Este hallazgo abre la puerta a que la terapia con ibrutinib pueda estudiarse también como opción terapéutica para enfermedades fibróticas, como la pancreatitis o la fibrosis hepática.