La capital china emitió ha emitido este lunes su primera alerta roja de la historia por contaminación, la más grave de una escala de cuatro, según ha anunciado este lunes la agencia oficial Xinhua. La Oficina Medioambiental de Pekín advirtió de que la alerta roja estará activa desde el martes a las siete de la mañana, hora local, hasta el jueves a las doce del mediodía, cuando se espera que lluvias ayuden a disipar la contaminación.
La ciudad volvió a declarar el domingo la alerta naranja, la segunda más grave tras la roja, poco después de que la metrópolis registrara los peores niveles de calidad del aire del año hace una semana.
El anuncio de hoy incluye un amplio catálogo de medidas para reducir la polución y combatir sus efectos en la población. Entre éstas se incluyen la suspensión de la construcción al aire libre y la actividad de las industrias más contaminantes; la prohibición de circulación a vehículos pesados, la reducción de coches oficiales en las carreteras en un 30%, y que los vehículos privados sólo circulen en días alternos. También se recomienda a escuelas e institutos que cierren durante los días de alerta, aunque no están obligados a ello.
Pekín nunca había activado la alerta roja desde que adaptó el sistema de cuatro colores en 2013, año que comenzó con niveles inauditos de contaminación
Pekín puso en marcha un nuevo programa para medir y reducir los niveles de contaminación a finales de mayo, que reemplazó a uno lanzado en 2013. El nuevo plan mantuvo los cuatro colores utilizados para indicar la gravedad de la contaminación, siendo el rojo el más grave y seguido por el naranja, el amarillo y el azul, pero varió los requisitos sobre cuándo emitir cada alerta. Así, desde entonces la alerta naranja salta a partir de los 200 microgramos de concentración por metro cúbico de las llamadas partículas PM 2,5 -las más dañinas para la salud-, y la roja se activa cuando los niveles de polución se mantengan por encima de esa cifra durante al menos tres días.
La polución multiplica por diez la recomendada
Alrededor de las seis de la tarde de este lunes, hora local (las once de la mañana en España), la concentración de las llamadas partículas PM 2,5 estaba en torno a los 240 microgramos, muy por encima de la máxima que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), de 25 microgramos.
La nueva normativa indica que las alertas naranja y roja serán emitidas al menos 24 horas antes de que la contaminación alcance los picos máximos.
Pekín nunca había activado la alerta roja desde que adaptó el sistema de cuatro colores en 2013, un año que comenzó con niveles inauditos de contaminación (alrededor de los 900 microgramos de partículas PM 2,5 por metro cúbico de aire, según los medidores, a comienzos de enero de ese año).
En 2014, la capital china emitió la alerta azul once veces, la amarilla cinco y la naranja dos, si bien otros sistemas de medición de la contaminación, como el de la Embajada de EE.UU., suelen indicar mayores niveles de polución que las cifras oficiales que divulgan las autoridades locales.
Acuerdo contra el calentamiento
El anuncio de la capital china coincide con el comienzo de las negociaciones políticas de los ministros de Medio Ambiente en la cumbre del clima de París (COP21) para tratar de alcanzar un acuerdo universal contra el calentamiento global antes del viernes.
Pekín ya decretó otra alerta naranja el pasado 30 de noviembre coincidiendo con el inicio de esa cumbre, el mismo día en que el presidente chino, Xi Jinping, destacaba en la capital francesa los proyectos de su país, el que más emisiones de efecto invernadero lanza a la atmósfera, para reducirlas.