Sociedad

Las 'horas extra' de los niños: cinco males que los deberes provocan en la salud de los hijos

Los temidos deberes traen de cabeza a padres y alumnos en un entorno de aprendizaje que cada vez depende más de las nuevas tecnologías. Mientras que algunos los consideran como imprescindibles para afianzar conocimientos y crear un hábito de estudio, otros abogan por reducir la carga de trabajo de los estudiantes en casa y adaptarlos al siglo XXI. 

  • Imagen de un aula de Secundaria.

Los deberes forman parte de la particular 'jornada laboral' de los estudiantes. Pero, como ocurre con el mercado laboral, no por trabajar más horas se aumenta el rendimiento. Es decir, que aunque los niños españoles dedican más horas a las tareas escolares en casa que los estudiantes del resto de la OCDE, sus resultados en los informes PISA siguen estando a la cola. Como si de una verdadera jornada laboral de adulto se tratara, los más pequeños dedican una buena parte de su tiempo libre a trabajar en casa, en lugar de hacer otro tipo de actividades. 

En una encuesta realizada con jóvenes de toda Europa la OMS advierte de que la sobrecarga de deberes de los españoles genera numerosos problemas de salud

Numerosos organismos internacionales llevan tiempo advirtiendo de la excesiva carga de tareas que tienen los alumnos españoles para realizar fuera del aula, tanto en Primaria como en Secundaria. La última en poner el acento sobre este aspecto ha sido la Organización Mundial de la Salud (OMS). En una encuesta realizada con jóvenes de toda Europa advierte de que la sobrecarga de deberes de los estudiantes españoles genera numerosos problemas de salud, más propios de sus progenitores. Entre ellos se encuentran los dolores de cabeza, de estómago y de espalda. Pero el rechazo hacia el aprendizaje, las actitudes violentas o una rebeldía descontrolada también pueden estar detrás del exceso de tareas. 

A los 11 años, cerca del 34% de los niños y el 25% de las niñas manifiestan sentirse agobiados por los deberes. A los trece, las cifras se elevan hasta algo más del 50%; y con quince años, el 70% de las adolescentes y el 60% en los varones encuestados afirman estar presionados. No hay que perder de vista que los niños españoles dedican a los deberes una media de 6,5 horas semanales en casa tras la jornada escolar, cuando la media de la OCDE es de cinco horas. Pero lo paradójico del asunto es que una mayor inversión de tiempo y esfuerzo no repercute de manera directa en su rendimiento, sino que emplear más de cuatro horas a la semana en hacer las tareas escolares es ineficaz y apenas genera beneficios en los resultados finales. Además, nuestro país permanece desde hace años a la cola del informe PISA. En extremo opuesto se sitúa Finlandia, quien encabeza la clasificación con menos horas dedicadas en casa a las tareas escolares.

Hábito de estudio frente a desmotivación

No todo son desventajas, pues los deberes contribuyen a que los más pequeños adquieran el hábito del estudio, fomentan que los estudiantes adquieran autodisciplina y facilitan el refuerzo de los conocimientos trabajados en el aula. En esta línea se expresan desde la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (Concapa): "El esfuerzo y el indispensable estudio personal, mediante la realización de ejercicios y memorización, resultan imprescindibles y la supresión de los deberes sólo traería una peor formación del alumno. La implicación de las familias en la educación resulta vital para alentar el estudio, y estimular y animar en el aprendizaje diario".

Precisamente por el esfuerzo que requieren, los deberes son algo que todos los estudiantes han sufrido y padecido. Sin embargo, desde la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (Ceapa) señalan que "es en una costumbre propia de tiempos pasados, que evidencian la necesidad de evolucionar y progresar en cuanto a la metodología que se aplica en las aulas, que no es propia del siglo en el que nos encontramos, de la sociedad en la que vivimos, ni va dirigido al alumnado que actualmente puebla nuestros centros educativos". La excesiva carga de tareas también puede producir desmotivación, puesto que por lo habitual son ejercicios mecánicos y repetitivos. Esto puede favorecer que los niños pierdan el interés.

El entorno familiar es clave

Si algo parece claro es que no todos los alumnos tienen las mismas facilidades para realizar las tareas en casa, sino que el entorno familiar es un condicionante fundamental. El problema con los deberes se acentúa cuando los progenitores llegan a dedicar gran parte de su tiempo libre a resolver los ejercicios que su hijo debe entregar al día siguiente. Pero no todos los padres tienen el tiempo ni los recursos para apoyar a sus hijos. La carga de deberes "hace que las familias que no tienen disponibilidad horaria, no tienen conocimientos, o no tienen formación para asumirlos de forma adecuada, paguen clases particulares o academias para evitar que sus hijos e hijas sufran sanciones" por no tenerlos acabados, enfatizan desde Ceapa. Por otra parte, "muchas familias asumen la responsabilidad del progreso académico de sus hijos e hijas condicionando tanto el ocio como la relación familiar que gira en torno a la realización de los deberes obligatorios", añaden.

Los alumnos desfavorecidos "puede que no dispongan de un lugar tranquilo para estudiar en casa o de tiempo suficiente para hacerlos debido a responsabilidades familiares y laborales"

En este mismo sentido se expresa la OCDE. En un estudio de 2014 se fija en los alumnos desfavorecidos socioeconómicamente y asegura que estos estudiantes "puede que no dispongan de un lugar tranquilo para estudiar en casa o de tiempo suficiente para hacerlos debido a responsabilidades familiares y laborales". Además, enfatiza el papel de los progenitores. "Sus padres pueden sentirse incapaces de orientarlos, motivarlos y ayudarlos cuando los hacen debido a sus obligaciones laborales, falta de recursos y otros factores". Este hecho, concluye la OCDE, provoca "el aumento de la brecha de rendimiento entre los alumnos de distintos contextos socioeconómicos". 

Pero además de alumnos y padres, el otro actor clave en el mundo de los deberes son los docentes que los encargan. Una de las quejas más repetidas por los alumnos es que los profesores de los centros no se coordinan de manera óptima entre ellos para saber cuánto tiempo requieren las tareas que asignan a sus alumnos. Así se pone de manifiesto en la plataforma Change.org, donde se ha registrado una petición dirigida al Ministerio de Educación para racionalizar las tareas escolares en el sistema educativo español. "Los deberes deberían estar consensuados entre los diferentes profesores de un mismo centro y estos deberían ser conocedores del tiempo que implica cada tarea y del conjunto de deberes que los estudiantes tienen cada día para que no resulten excesivos en su conjunto", señalan en esta iniciativa. 

contra los deberes

José María Maravall, ministro socialista de Educación decidió abolir los deberes escolares en 1984, enviando una circular a las escuelas para que prohibiesen a los profesores encargar tareas para casa, aunque la iniciativa no prosperó. En Francia, la Federación de Consejos de Padres de Alumnos de Francia (FCPE) llegó incluso a convocar una 'huelga de deberes' en 2012 para protestar contra los ejercicios fuera del aula.

En España existen numerosos colegios basados en modelos alternativos de enseñanza donde el encargo de deberes está desterrado. Si los alumnos deben hacer tareas en casa, es únicamente porque no han terminado los ejercicios en el aula o porque son encargos especiales. 

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