España ha tardado menos de un tercio del año en gastar todo su presupuesto ecológico de 2012, ya que este domingo a las 08.21 horas ha entrado en deuda ecológica (Eco-debt day) un día antes que en 2011, según cálculos de New Economics Foundation (NEF), que aconseja reducir el déficit de sus recursos.
Así, el responsable de economía ambiental de NEF, Aniol Esteban, ha explicado a Europa Press que a partir de ahora y hasta finales del año España vivirá por encima de sus posibilidades ecológicas, ya que desde el domingo, que además coincide con la celebración del Día de la Tierra, hasta final de año estará consumiendo más de lo que su sistema ecológico puede producir.
Al mismo tiempo, a partir de esta fecha estará emitiendo más carbono del que puede absorber y su demanda ecológica dependerá de los recursos de otros países. Esto se debe, según el experto a que el impacto del consumo de España es 3,25 veces superior a su biocapacidad, que cubre un 30 por ciento de su demanda de recursos.
En definitiva lo que el Eco-debt Day significa que si España tuviera que subsistir de sus recursos propios al ritmo de consumo actual, todos ellos se habrían agotado el 22 de abril. Esta fecha, al igual que en otros países industrializados, se ha ido adelantando durante las últimas décadas, aunque los resultados más recientes apuntan a que el déficit ecológico se está estabilizando y, en los últimos años, hay "muy poca variación".
El efecto de la crisis
Esteban señala que los resultados están comenzando a reflejar el impacto de la crisis económica que provoca un menor consumo de los recursos y la huella ecológica media de cada español en 2012 es un 3,8 por ciento de la media de la última década. Sin embargo, a nivel global la demanda de recursos sigue creciendo, pero más lentamente.
En todo caso, el investigador subraya que, a pesar de la crisis económica, España sigue viviendo por encima de sus posibilidades y si todos los ciudadanos del mundo vivieran como un español se requerirían tres planetas enteros para cubrir sus necesidades. A su juicio, "la respuesta a la crisis económica no puede ignorar el déficit ecológico".