Los cazadores extremeños están en pie de guerra. La nueva normativa promulgada esta semana sobre los residuos que se generan con la actividad cinegética obliga a los cazadores a contratar servicios de limpieza independientes que se ocupen de los residuos –fundamentalmente vísceras- que quedan en el terreno tras las monterías.
Hasta el momento los cazadores solo estaban obligados a recoger los desperdicios y a enterrarlos en cal, una práctica que será ilegal a partir de este lunes. El gobierno extremeño de Fernández Vara explica que la resolución se ha tomado para erradicar en la medida de lo posible la tuberculosis bovina, una enfermedad muy extendida que lleva tiempo minando a las explotaciones ganaderas del lugar. Los ganaderos del lugar aseguran que los ciervos y los jabalíes son el principal factor de riesgo de contrario y que un cambio en la normativa puede subsanar, al menos en parte, el problema.
Los cazadores, según cuentan en la revista Jara y Sedal creen que el gobierno de Fernández Vara ha creado esta ley con el objetivo de dañar a la caza y creen que medidas de este estilo pueden suponer un aldabonazo para su negocio. “están creando incertidumbre en el sector cinegético”, cuenta José María Gallardo, presidente de la Federación Extremeña de Caza. “Además no se pueden aplicar medidas como la de la recogida de residuos una vez empezada la temporada. Hay una falta de intención de diálogo alarmante por parte de la Junta”, comenta Gallardo a la revista líder del sector.