¿Se enfrenta España a una fuga de cerebros? ¿Es un fenómeno que ha propiciado la actual crisis económica o es anterior a la recesión? ¿Exageran los medios de comunicación al informar sobre los jóvenes españoles que salen al extranjero en busca de oportunidades laborales?
Teniendo en cuenta que "cuatro de cada diez españoles en las edades más móviles, entre los 25 y los 34 años, tienen un título de educación superior, no todos ellos pueden ser personas sobresalientes", por lo que "difícilmente" se puede denominar "fuga de cerebros" al éxodo protagonizado por los miles de jóvenes que cada día deciden hacer las maletas para probar mejor suerte más allá de sus fronteras.
Esta es la principal conclusión de un informe publicado por el Real Instituto Elcano que limita el término "cerebro" a una "persona sobresaliente en actividades culturales, científicas o técnicas". Un concepto restringido a aquellos cuya vocación es "la investigación, la ciencia y la tecnología", según Carmen González Enríquez, autora del estudio, quien les identifica con los doctorados que se van, es decir, el 10 por ciento de los emigrantes recientes, una minoría de la minoría. Pese a la creciente alarma, incluso la cifra total de emigrantes sólo ha aumentado en 40.000 personas con la crisis en un país, España, que sigue teniendo tres veces más de inmigrantes que ciudadanos autóctonos residiendo fuera.
"Lo que limita la capacidad empresarial es la sequía del crédito, pero no la falta de individuos cualificados"
Además, esta salida de licenciados "no está teniendo efectos negativos sobre las capacidades de las empresas españolas", apunta González, añadiendo que "las empresas del sector tecnológico muestran que no existe en este momento en España una carencia de talento, las compañías no encuentran dificultades para contratar al tipo de especialistas que necesitan". "Lo que limita la capacidad empresarial es la sequía del crédito, pero no la falta de individuos cualificados", concluye la investigadora de demografía y migraciones internacionales.
Algo que pone en tela de juicio la abundancia de licenciados universitarios en España. "Muchas familias dicen aquello de deja al chaval que estudie lo que quiera para ser feliz y no calculan que en ser feilz también influye encontrar trabajo. Esta filosofía conlleva que muchas personas hagan licenciaturas absolutamente inútiles profesionalmente", critica en referencia a la abundancia de licenciados superiores y al déficit de graduados medios y en Formación Profesional.
"Es más relevante la calidad que la cantidad"
Pese a que la denominada "fuga de cerebros" afecta a una minoría de la minoría (doctorados), "no quiere decir que no se estén yendo cerebros porque sí lo están haciendo", expresa González. "El hecho de que ahora muchos no estén encontrando oportunidades en España para quedarse sí es importante", es más, "se está produciendo un deterioro de las posibilidades de la ciencia española".
La salida de investigadores desde España "no es un fenómeno nuevo ligado a la crisis, aunque ésta lo haya aumentado"
El último en dejar España ha sido Juan Carlos Izpisúa, una de las grandes figuras mundiales en la investigación con células madre y hasta ahora director del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona (CRMB). Su marcha no sólo repercute en todo el país sino que además pone en peligro el futuro del centro ya que 18 de los 21 proyectos científicos del CRMB son propiedad intelectual del propio Izpisúa y se los llevará con él con toda probabilidad a Estados Unidos.
"En este caso lo más relevante no es la cifra sino la calidad porque la pérdida de cualquier investigador en un campo líder del avance científico y técnico es una mala noticia", sentencia la investigadora, quien aprovecha para destacar que la salida de investigadores desde España "no es un fenómeno nuevo ligado a la crisis, aunque ésta lo haya aumentado". "Para los españoles salir es algo más excepcional y dramático que para otros europeos como británicos y franceses. Se nos junta la fuerza de la familia, el vivir cerca de ellos, cuidar a los padres...".
En busca de la fórmula para retener talento en España
En su intento por retener a "los más brillantes", el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha puesto en marcha ComFuturo, una iniciativa que posibilitará que los doctores elegidos puedan trabajar en sus centros durante tres años. Esta fórmula, que une a sector público y privado, servirá para financiar cada contrato de los mejores científicos "jóvenes y brillantes" con un total de 150.000 euros.