El temor a lo desconocido y a los posibles peligros de aquello que no podemos ver o palpar permanece siempre latente. A lo largo de la historia, el ser humano ha tenido que asumir mutitud de riesgos por el mero hecho de existir y de habitar los diferentes entornos de la Tierra. Pero ahora vivimos en una Sociedad del Riesgo, como ya teorizaba en los ochenta el sociólogo alemán Ulrich Beck, donde el desarrollo tecnológico e industrial de las sociedades modernas no ha hecho sino ampliar el espectro de las amenazas a los que nos enfrentamos.
Los avances ideados por el hombre para prevenir los riesgos naturales han generado nuevos peligros
Si hasta hace unos siglos los riesgos naturales eran la mayor preocupación del hombre, el desarrollo industrial suma ahora una serie de peligros tecnológicos provocados por él mismo. Los más temidos son tal vez los accidentes nucleares, los vertidos químicos, la contaminación ambiental y biológica o la manipulación genética. Se da la paradoja de que los progresos desarrollados por el hombre para intentar minimizar o prevenir los riesgos de la naturaleza, han generado nuevos peligros para la humanidad.
Pero son precisamente aquellos que tienen consecuencias directas sobre la salud del ser humano o sobre el medio ambiente los que han dado lugar al desarrollo de teorías y pseudociencias que a menudo se basan en el miedo a lo desconocido y en lo no demostrado empíricamente. La homeopatía, las radiaciones del Wi-Fi y de las antenas de telefonía o los famosos organismos modificados genéticamente (transgénicos) sirven para ilustrar los enfrentamientos entre partidarios y detractores; entre los que se basan en la ciencia y los que atienden a la creencia.
La homeopatía: del S.XVIII al efecto placebo
Los partidarios de la homeopatía celebran este domingo 10 de abril el día internacional de esta particular terapia, conmemorando la fecha de nacimiento de su inventor, el médico alemán Samuel Hahnemann (1755-1843). La teoría es que lo similar cura lo similar. Así, la técnica consiste, a grandes rasgos, en diluir en agua de manera repetida la sustancia 'causante' de la enfermedad hasta conseguir que el producto final contenga una pequeñísima parte de la misma. Esto, según Hahnemann, es capaz de provocar que el cuerpo sane por sí solo.
Su uso está muy extendido por todo el mundo y numerosos médicos lo utilizan como método para tratar a sus pacientes. Sin embargo, el debate y la polémica están servidos por dos motivos principales: por un lado, porque esta teoría no se basa en ningún principio científicamente demostrado. Y, por otro, porque detrás de ella se esconde un tremendo negocio que mueve millones de euros en el que se ven involucradas tanto la industria que elabora los productos como las farmacias que los dispensan.
La teoría no se basa en ningún principio científicamente demostrado y trás de ella se esconde un tremendo negocio que mueve millones de euros
Desde la Organización Médica Colegial (OMC) advierten de que la homeopatía es un proceso "ilusorio y engañoso". Su presidente, Juan José Rodríguez Sendín, asegura que esta técnica pertenece al "mundo de las creencias", puesto que un 30 o un 35% de los síntomas que puede experimentar un paciente pueden desaparecer mediante la sugestión. "El 'efecto placebo' existe y esto entra en ese mundo de la creencia del 'efecto placebo'", asegura. La Universidad de Barcelona ha cancelado su Máster de Medicina Homeopática que se impartía desde el año 2004 y esta misma semana, la Universidad de Valencia ha hecho lo propio con otro programa de estudios similar, el Máster en Medicina Naturista, Acupuntura y Homeopatía.
En contraste, los médicos homeópatas alzan la voz. Según la Academia Médico Homeopática de Barcelona, unos 10.000 médicos recomiendan habitual u ocasionalmente en España medicamentos homeopáticos para tratar patologías como la gripe, tos, diarrea, crisis de migraña y contusiones. Pero también los emplean para tratar otras enfermedades como la alergia, la dermatitis, el asma o la ansiedad. Se muestran convencidos de que la controversia sobre el uso de esta terapia se debe al desconocimiento y defienden la existencia de evidencias científicas sobre los efectos biológicos de la homeopatía más allá del efecto placebo.
Pánico a las ondas
El miedo a las radiaciones de los microondas, los teléfonos móviles, los router Wi-Fi o las antenas de telefonía son todo un clásico. El debate es tal que incluso hay personas afectadas por una patología llamada hipersensiblidad electromagnética. Los pacientes aquejados de esta enfermedad manifiestan un cuadro con diversos síntomas que van desde la fatiga crónica hasta la pérdida temporal de memoria, el dolor continuado de cabeza, la irritabilidad o la dificultad para concentrarse. En España, un juzgado de Madrid llegó a conceder en 2011 la incapacidad laboral a una trabajadora de la Facultad de Económicas de la Universidad Complutense de Madrid que sufría este trastorno.
Las luchas vecinales por la eliminación de las estaciones base de telefonía de los tejados de los edificios se extienden a lo largo y ancho de la geografía española. En algunos colegios e institutos se han relacionado la aparición de casos de cáncer y leucemia con la existencia de antenas en las azoteas de los edificios colindantes. Incluso, en algunos centros de enseñanza los padres y madres han peleado por que fueran espacios libres de ondas electromagnéticas. También existen numerosas asociaciones y plataformas en contra de estas instalaciones, cuya ubicación exacta se puede consultar en Infoantenas, una página web habilitada por el Ministerio de Industria.
La Organización Mundial de la Salud reconoce que hay "personas que dicen sufrir problemas de salud por su exposición a los campos electromagnéticos, con síntomas que varían de un paciente a otro", si bien, matiza que "no existen criterios diagnósticos claros para este problema sanitario, ni base científica que permita relacionar los síntomas con una exposición a los campos electromagnéticos". Todo parece indicar, según los expertos, que esta patología podría tener más bien un origen psicosomático. El eurodiputado y líder de Podemos, Pablo Iglesias, llegó a pedir en julio de 2015 a la Comisión Europea (CE) que reconociese la hipersensibilidad electromagnética como enfermedad.
La manipulación genética de los organismos
La manipulación genética de organismos vivos para dotarlos de nuevas propiedades es otro de los ejemplos de debate encarnizado entre científicos partidarios de esta práctica y los ecologistas. La técnica consiste en manipular los genes para que los organismos adquieran características escogidas previamente. Aunque el maíz y la soja son los productos estrella de los cultivos transgénicos, también se trabaja con numerosos tipos de fruta.
Pero sus posibles efectos sobre la salud y el medio ambiente enfrentan desde los inicios a partidarios y detractores. La organización ecologista Greenpeace lleva años luchando contra los OMG. “Los transgénicos son un grave riesgo para la biodiversidad y tienen efectos irreversibles e imprevisibles sobre los ecosistemas. Suponen incremento del uso de tóxicos, contaminación genética y del suelo, pérdida de biodiversidad, desarrollo de resistencias en insectos y vegetación adventicia ("malas hierbas") y efectos no deseados en otros organismos”, advierten.
Pero los transgénicos también tienen otros aspectos más positivos, pues gracias a los OMG se puede aumentar el rendimiento de los cultivos, haciéndolos más resistentes a las plagas, a las inclemencias del tiempo. Todos los fabricantes están obligados a indicar en las etiquetas de los productos si proceden de OMG o contienen ingredientes hechos a base de transgénicos. Los expertos señalan que los riesgos a largo plazo que los OMG pueden suponer son por ahora desconocidos. Pero las presiones y los grupos de interés que rodean a este mercado son tan fuertes como en los dos casos anteriores, el de la industria farmacéutica y el sector de las telecomunicaciones.