El exportero del Osasuna y del Sevilla Juan Carlos Unzué (Pamplona, 1967) ha vuelto este domingo al estadio que le vio crecer, el Tajonar, para dar una verdadera "lección de vida". En junio de 2020, fue diagnosticada de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), una noticia que cambió su perspectiva de la vida.
En su visita al complejo deportivo, ha querido tener una charla con los futbolistas del primer equipo, que este lunes se enfrenta al Valladolid en Castellón. Una de las ideas que ha querido transmitirles a los jugadores es que "hay muchísimos motivos para disfrutar de la vida". "Tengo una enfermedad cabrona, sin cura, pero no quiero transmitir una sensación triste. Todo lo contrario".
A los deportistas les ha hecho dos sugerencias: que cuando tengan una debilidad, un problema verdaderamente importante que no sepan solucionar, que lo hagan saber a alguien; y que sean valientes y atrevidos, para que cuando miren atrás se sientan orgullosos y tranquilos.
Además, ha querido recordarles la importancia de valorar lo que tienen. "Cuando no podáis más, acordaos de este tío en silla de ruedas, no como algo triste, sino para que os deis cuenta de lo privilegiados que sois, tenéis salud y un trabajo que os gusta».
Su carrera profesional
También ha querido repasar su carrera profesional, mostrando su agradecimiento al club, que le permitió "crecer y hacerme como futbolista y convertir lo que era mi hobby en mi profesión". El deportista ha tenido una larga carrera tanto dentro como fuera del césped: primero como guardameta de varios equipos de primera división, principalmente el Osasuna, el Barcelona (en sustitución de Andoni Zubizarreta) y el Sevilla.
Cuando se retiró de los campos, comenzó su trabajo como entrenador; primero del Numancia, en la segunda División, y después del Celta de Vigo. Además, en el año 2015 fue la mano derecha de Luis Enrique cuando éste consiguió el triplete con el Barcelona.