Las autoridades de Los Ángeles (California) investigan la causa de la muerte de una mujer cuyo cuerpo estuvo más de dos semanas en la cisterna de un hotel, hasta que sus huéspedes se quejaron del extraño sabor del agua del grifo.
El misterio que rodea el caso de Elisa Lam, una turista canadiense de 21 años que fue hallada el martes en la cisterna de agua potable del hotel Cecil, aumentó hoy cuando la oficina forense de la ciudad declaró que los resultados de la autopsia son insuficientes para determinar si se trató de un asesinato.
Según informó el diario Los Ángeles Times, los investigadores tendrán que esperar a que concluyan las pruebas toxicológicas, que llevarán entre seis y ocho semanas, para determinar si Lam fue empujada a la cisterna o si fue víctima de un accidente.
La Policía local llevaba dos semanas buscando sin éxito a Lam hasta que los residentes del hotel Cecil, donde ella se había alojado, comenzaron a quejarse del sabor extraño del agua. "El agua del grifo sabía horrible", dijo a la cadena CNN Sabina Baugh, una turista británica que estuvo ocho días en el hotel junto a su esposo Michael. "Tenía un sabor muy raro, como dulce, asqueroso. Muy extraño. Casi no puedo describirlo", añadió.
Como los Baugh, el resto de huéspedes bebieron, se lavaron los dientes y se ducharon con el agua del hotel, hasta que algunas quejas provocaron que el equipo de mantenimiento del edificio subiera al tejado para comprobar el estado de la cisterna, donde encontró el cadáver de Lam.
Tras el hallazgo, el Departamento de Salud Pública del condado emitió una orden de prohibición de beber el agua del hotel, que debió cortar el suministro de la misma excepto para los retretes.
No obstante, un análisis del agua proveniente de la cisterna determinó que no contenía bacterias dañinas para la salud, según dijo hoy a la cadena NBC el director de salud medioambiental del citado departamento, Angelo Bellomo. "Es probable que la cisterna tuviera el cloro suficiente para destruir cualquier bacteria que pudiera haber estado presente" debido al cuerpo, señaló Bellomo.
Según Michael Baugh, pese a los análisis del agua, saber que el cuerpo de Lam estuvo en la cisterna "te hace sentir físicamente enfermo, pero sobre todo lo sientes psicológicamente. Lo piensas y no es bueno", indicó a la CNN.