Tener un marido sale caro. Eso es al menos lo que sugiere un estudio realizado por la Universidad de Michigan (Estados Unidos). La citada investigación indica que la mujer sufre una carga extra de siete horas semanales en el hogar, dulce hogar. Sólo que este empleo paralelo no supone remuneración alguna.
A los varones el matrimonio o la vida en pareja les genera sólo una hora más de trabajo extra a la semana. De hecho, la Organización Internacional del Trabajo ha llamado la atención sobre esta desigualdad en un reciente informe, donde afirma: “El reparto desigual de las labores de cuidado y las tareas domésticas no remuneradas entre las mujeres y los hombres, y entre las familias y la sociedad, es un determinante importante de las desigualdades de género en el trabajo”.
La investigación de la Universidad de Michigan señala que las mujeres jóvenes solteras utilizan 12 horas a la semana en tareas domésticas. Por el contrario, las mujeres casadas doblan la cantidad. Si hay niños, la cifra se dispara. El pasado era aún peor. En 1976, las mujeres tenían un promedio de 26 horas de tareas domésticas a la semana. Sus parejas sólo seis.