"Lo mejor es la compra del oro". La frase no la pronuncia un broker con la vista puesta en el mercado de materias primas en estos tiempos de crisis. Ni siquiera un joyero amante de su profesión. Salió hace unos meses de los labios de uno de los presuntos responsables de una red organizada de defraudación de IVA cuyas conversaciones telefónicas estaban siendo intervenidas por la Guardia Civil. El autor de la sentencia explicaba a otro miembro de la trama cuál era la apuesta de los cabecillas para blanquear las ingentes cantidades de beneficios que el grupo obtenía con sus actividades ilícitas en España: comprar y vender metales preciosos a través de sus propias empresas. Su interlocutor se limitó a asentir y a predecir que las condiciones del negocio que preparaban "me gustarán seguro".
La trama desmantelada pensaba abrir una primera tienda de 'compro oro' en "un sitio discreto" de Ciudad Real para no llamar la atención
El sumario de la Operación Bashnya que instruye el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu ha permitido constatar que los grupos criminales que operan en España han encontrado una nueva forma de lavar sus ilícitas ganacias tras arrinconar al hasta hace poco omnipresente ladrillo: apostar por el oro. De hecho, las dos tramas desmanteladas durante esta investigación realizada por el Grupo de Delitos Económicos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil utilizaban la compra-venta de metales preciosos para lavar los millonarios beneficios que obtenían tras eludir el pago del IVA procedente de la venta de hidrocarburos.
No obstante, uno de estos grupos, encabezada por súbditos españoles y de la que formaba parte los protagonista de la conversación del primer párrafo, había ido un paso más allá con la creación de varias empresas para justificar sus actividades en el sector de oro. Según la documentación que los agentes intervinieron en los registros y que obra en el sumario, a través de estas compañías ya habían blanqueado cerca de cuatro millones de euros.
En concreto, la red operaba para defraudar el IVA de la gasolina con una empresa domiciliada en Pamplona y llamada Lexin Corporacion 21 SL, encargada de importar y distribuir el combustible sin pagar impuestos gracias a la emisión de facturas falsas. El dinero que obtenían era posteriormente blanqueado a través de sistemas tan dispares como compañías mercantiles con sede en Suiza, bancos asentados en la vecina Portugal, un centro de belleza en Ciudad Real y la compra de vehículos de lujo. Sin embargo, la gran novedad de su actividad de lavado era la creación de empresas para "el comercio al por menor de artículos de relojería y joyería en establecimientos especializados" a través de las cuales canalizar la compra venta del oro por parte de la empresa petrolera.
10,3 kilos de oro por 300.000 euros
En concreto, la investigación de la Guardia Civil ha permitido determinar que la trama creó una primera empresa, Joga Metal SL, con sede en Vigo, a través de la cual Lexin Corporación blanqueó 3,5 millones de euros en concepto de adquisición de "producto de oro semielaborado". El análisis de los equipos informáticos de los detenidos han permitido, de hecho, localizar una factura por la supuesta compra de 10,3 kilos de oro por un valor de 300.000 euros. La Guardia Civil también ha localizado un cruce de correos electrónicos en el que bajo el asunto "oro inversión" los miembros de la trama presumen de que estas compras no sólo les permiten blanquear dinero, sino también obtener "unos intereses por valor de 27.902 euros".
La red llegó a crear cuatro empresas diferentes para canalizar el blanqueo a través de la compra-venta de metales preciosos
En el mismo intercambio de correos, uno de los presuntos implicados reenvía al supuesto jefe de la trama, Alfonso C.P., un resumen pormenorizado de todos los movimientos de adquisición de oro realizados por la trama. En ella se destacan los 3,5 millones de euros blanqueados a través de Jopa Metal SL, pero también otras cantidades importantes invertidas en la adquisición de metales preciosos a través de empresas extranjeras. El precio que estaba pagando se situaba en el entorno de los 43.000 euros el lingote de un kilo.
Sin embargo, a partir de febrero de 2012, la red decidió cambiar de empresa y sustituir Joga Metal SL por otras dos mercantiles que se suceden en el tiempo, Iberotunel SL y Cerro Gold SLU, con idéntico fin que la anterior. De hecho, en los ordenadores de los arrestados aparecieron diversas facturas de compra venta de oro a nombre de estas dos empresas por valor de varios cientos de miles de euros. Aunque la gran apuesta del grupo en el sector de los mercados preciosos ya no eran sólo estas, sino también la creación de una red de tiendas de compra-venta de oro con una nueva empresa, Golden Tiger BNK SL.
El objetivo de dicha cadena de establecimientos, según se refleja en los informes de la Guardia Civil presentes en el sumario, era "utilizarla en el comercio de oro y así poder inyectar previamente transformado el capital obtenido ilícitamente a través de la [empresa] Lexin Corporación 21 SL". El cabecilla de la organización, Alfonso C.P. recalcaba en las conversaciones telefónicas intervenidas en el transcurso de las investigaciones que la intención del grupo era abrir una primera tienda en Ciudad Real "en un sitio discreto [..] entre una tienda de trajes de novia y una zapatería" para no llamar la atención. Posteriormente, sus planes incluían expandir el negocio a "Almonte (Huelva), Alicante, Portugal y Extremadura" con otros locales.
Los documentos judiciales a los que ha tenido acceso Vozpópuli apuntan que con esta cadena de establecimientos, la trama supuestamente pretendía dar salida al oro que había adquirido a través de las otras empresas de la red para "de esta forma obtener un beneficio ya blanqueado e inyectarlo en operativas comerciales legales". Una forma muy lucrativa de cerrar el círculo del blanqueo.