Las cámaras colocadas a la entrada de la cueva en la que se refugió una osa, que se despeñó en la Montaña Palentina tras el ataque de un macho que resultó muerto, han registrado los movimientos del osezno y confirmado que está vivo y en buen estado.
Durante esta última noche, los equipos de grabación automática instalados en las diferentes cavidades de la cueva donde se refugió la hembra, al parecer con la cría, han podido registrar imágenes del osezno vivo y en buenas condiciones, según ha informado la Junta de Castilla y León.
En la tarde del domingo, un macho adulto de oso pardo, en plena época de celo, se enfrentó a una hembra acompañada de una cría, y los dos adultos acabaron despeñados por un gran cortado de varias decenas de metros en el Paraje de Santa Lucía, en la Montaña Palentina.
En la mañana del lunes se localizó el cadáver del macho, un ejemplar de oso pardo de 217 kilos y se comenzó la búsqueda de la osa y el osezno. La osa fue localizada cerca del lugar del ataque, refugiada en una oquedad, donde se presumía que también estaba su osezno.
Todavía se desconoce el alcance de las lesiones de la osa
Los técnicos de la Junta y de la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León monitorizan la cueva desde entonces con cámaras endoscópicas y pértigas, lo que permitió comprobar que la osa estaba viva, aunque se desconoce el alcance de las lesiones debido a la imposibilidad de acceso a la zona, ya que la cueva tiene una longitud de galería de más de 15 metros.
Durante esta última noche, con el registro de imágenes de las cámaras de visión en tiempo real instaladas en la entrada de la cavidad, se ha podido confirmar finalmente que el osezno se encuentra también con vida y se han captado sus movimientos.
Según ha explicado la Junta, ahora la prioridad es seguir aportando alimentación de soporte, tanto a la osa como al osezno, e intentar comprobar el alcance de las lesiones de la osa para valorar su viabilidad, o si, por el contrario, el osezno tuviera que ser capturado para lograr su supervivencia llevándolo a instalaciones especializadas hasta que alcance el peso y edad adecuadas.
Este protocolo ya se aplicó con éxito en los años 2019 y 2020 con los oseznos Saba y Éndriga, que, tras su paso por las instalaciones de aclimatación en condiciones de semilibertad que la Junta posee en la finca de Valsemana (León), pudieron ser reintroducidos con éxito en la cordillera Cantábrica.