El envejecimiento paulatino de la población europea es un hecho que cada vez preocupa más a los gobernantes; a inicios de 2013 la tasa de ancianos por cada europeo en edad de trabajar llegó al 27,5%, creando una dificultad para sostener el estado del bienestar a través de las cotizaciones de los trabajadores.
Según el anuario regional de Eurostat referido a 2014, entre las regiones más jóvenes –con más población menor de 15 años- de la Unión Europea destacaban principalmente la antiguas zonas coloniales en África o Latinoamérica como las islas Reunión o la Guayana francesa, zonas inmigrantes cercanas a París, como Seine-Saint-Denis, la región inglesa de Blackburn with Darwen, con un 30% de población asiática, y Melilla. Entre estas regiones, solo las zonas de Irlanda poseían una población joven sin pegas de procedencia, dado que la mayoría eran europeos, lo que evidencia el problema de los países de la UE referido a la edad.
Entre las regiones jóvenes en Europa, como zonas cercanas a París, se produce el pull efect, que hace referencia a zonas que captan migrantes debido a las oportunidades de la región
Entre estas regiones jóvenes, el anuario explica que las zonas internas de Europa, como zonas cercanas a París, que reflejan buenos resultados, lo hacen por el pull efect, que hace referencia a zonas que captan migrantes de otras zonas del mismo país o de países extranjeros debido a sus oportunidades laborales y expectativas de vida.
Respecto a esta clase de inmigrantes, el estudio recoge las capitales europeas con mayor afluencia de migrantes por parte de la UE y por parte de países no miembros, que en cuanto a población Madrid y Berlín recogen una cantidad muy similar de emigrantes de la unión para trabajar en el país a datos de 2013, sobre 127.000 en Madrid y unos 140.000 en Berlín, pese a que Madrid recoge más inmigrantes que la capital alemana, pero la diferencia se encuentra en los inmigrantes por parte de países ajenos a la UE, como bien puede ser en el caso español los países latinoamericanos.
Los mayores datos de migrantes de la unión se encuentran en Londres, que cuentan con más de 900.000 europeos en la capital de Reino Unido, cantidad superior a la población total de capitales de países como Suecia u Holanda.
Con esta migración interna, la búsqueda de nuevas oportunidades a causa de la crisis económica ha supuesto una caída de 220.130 habitantes en España en 2013, según los datos del INE, dirigiendo al país a una población cada vez más envejecida, ante la falta de una política que busque cambiar esto, tal y como publicaba hace unos meses Vozpopuli.
Existen dos regiones en la UE, en Grecia y Portugal, en donde hay menos de dos personas en edad de trabajar por cada personas mayor de 65 años
Una Europa envejecida
Según el anuario de Eurostat, existen dos regiones altamente envejecidas, como son la Evrytania griega y la subregión portuguesa Pinhal Interior Sul, que superan en más del 50% los ratios de dependencia de la tercera edad, es decir, que hay menos de dos personas en edad de trabajar por cada persona mayor de 65 años, una situación difícil de sostener.
Hasta un total de 274 regiones en Europa superan el ratio en un 35%. Esto, sumado a la tendencia generada a raíz de la crisis de emigración desde los países del sur de Europa, los más envejecidos según el anuario, pone de manifiesto un flujo de migración que no se ve compensado con una tasa de natalidad que equilibre la balanza.
Respecto a la baja tasa de natalidad, el propio informe coloca a regiones al noroeste de España como Ourense o el interior de Portugal como ejemplos característicos de regiones con pocos nacimientos y población envejecida.
Un candidato a la UE con otro modelo de sociedad
Por el contrario, Turquía, el país presidido por Recep Tayyip Erdogan, aspirante a pertenecer a la Unión Europea es todo lo contrario a los valores de natalidad europeos. Sus regiones con población más joven casi doblan los datos de las islas Reunión, Noruega, Melilla o Irlanda, en tasa de natalidad, con zonas como Şanliurfa y Diyarbakır.
El propio anuario explica que en Turquía se produce un cambio considerable desde las zonas del este, más rurales, a las zonas del oeste, las más cercanas a un estilo de vida europeo, en donde los ratios de natalidad son similares al resto de la Unión Europea, dejando ver la diferencia entre los distintos modos de vida y su impacto en el crecimiento demográfico.