El pasado 29 de junio, el belga Serge denunciaba ante la Unión Europea el uso sin consentimiento de la imagen de su difunto padre agonizante y entubado en una cama de hospital en las cajetillas de tabaco. Apenas unos días después, el 11 de julio, la Guardia Civil de Boiro recibía otra denuncia por la misma fotografía. Esta vez de un vecino de la localidad, F.J.T.A, que aseguraba reconocerse a sí mismo tres años antes, en el hospital Clínico de Santiago, a punto de ser operado por problemas de espalda y que tampoco había dado su consentimiento ni para realizarle la foto ni para difundirla en las cajetillas bajo el lema «Fumar provoca embolias e invalidez».
Sin embargo, no se trata de las únicas denuncias. La Unión Europea ha explicado que han recibido más quejas por la imagen del hombre que aparece con un respirador. Otra española interpuso una denuncia a mediados de octubre al creer reconocer a su padre, ya fallecido, en la unidad de vigilancia intensiva del hospital de Bellvitge. Al igual que el belga, la ciudadana se puso en contacto directamente con la Unión Europea para denunciarlo y pedir que retiraran la fotografía.
Pero como única respuesta a las quejas, la UE ha negado que ninguna de las 42 imágenes que ilustran los paquetes de tabaco se reproduzcan sin la autorización de los retratados, asegurando que tienen el pleno consentimiento de todas las personas retratadas en las imágenes.
El Sergas abre una investigación
Por su parte, el Servicio Gallego de Salud (Sergas) ha abierto una investigación propia. En sus primeras conclusiones descarta la queja del vecino de Boiro puesto que, según su seguimiento interno, el instrumental utilizado para intubarle en el preoperatorio del Hospital Clínico no coincide con el que aparece en la fotografía de la cajetilla.
La investigación sigue abierta en busca de respuestas definitivas.