Ni caviar ni angulas ni ternera de Kobe ni trufas de Langhe. Para los verdaderos amantes del queso no hay nada comparable a una buena tapa de este exquisito manjar. Y si además podemos degustarlo en el mismo lugar donde se produce, rodeados de preciosos paisajes, la cosa tiene difícil superación. Como ver ganar a tu equipo de fútbol. O conseguir entradas para un concierto sin esperar cola. 

Hay unas cuantas afirmaciones turísticas que resulta difícil rebatir. Por ejemplo, que España tiene una diversidad geográfica que ya quisieran la mayoría de países europeos. O que nuestra gastronomía juega una baza importante a la hora de conquistar al turista. Y también, que Canarias es un auténtico paraíso para los amantes de las playas de postal. Por esa misma razón, son pocos los que meterían unas botas de montaña en su maleta cuando tienen la suerte de visitar el archipiélago. Y ahí va un secreto: se estarán perdiendo uno de sus mayores encantos. Porque allí, junto a esas estupendas playas, hay también algunos pueblos de montaña para quitarse el sombrero. Hoy os proponemos una ruta por cuatro de ellos. Las cumbres también existen...