Sánchez e Iglesias, llegado el momento de formar Gobierno, tendrían fácil pactar en temas energéticos. Una de las primeras medidas que tomarían sería paralizar la reapertura de Garoña y proceder al cierre progresivo del resto de nucleares; prohibirían el fracking; atacarían los beneficios 'caídos del cielo' de las grandes eléctricas e impulsarían las renovables y el autoconsumo con placas solares.