El consejo de administración de Renta Corporación acordó ayer presentar el concurso de acreedores para la compañía y algunas de sus filiales y se convirtió de esta forma en la última de una interminable lista de empresas del sector inmobiliario que se ha visto abocada a la antigua suspensión de pagos. Aunque mucho le separa de la situación de Reyal Urbis, la anterior cotizada que solicitó concurso, un elemento une ambos procesos: el hecho de que la banca haya provisionado la práctica totalidad de su inversión en el ladrillo, lo que hace que no vea con reparos los procesos concursales que antes trataba de evitar a toda costa.