Hace unos años, en una edición del Mobile World Congress, se empezó a hablar de WhatsApp. La aplicación no era lo que es ahora pero podría decir de que la mitad de los que entonces eran mis amigos la utilizaban con cierta frecuencia, alternándola con los pleistocénicos mensajes de texto.
Durante una cena entre periodistas y directivos de las muchas que salpimentan la feria, le pregunté a uno de ellos sobre el hecho de que los operadores no estuviesen trabajando en una aplicación similar, dado que estaba dañando sus ingresos en el área de mensajes cortos.
"Tenemos algo hecho, pero no nos interesa sacarlo", vino a decirme. La cosa es que WhatsApp se había convertido en el mejor trampolín para incrementar la contratación de tarifas planas de datos. Es cierto que dañaban los ingresos por mensajes cortos, pero el crecimiento en el pago por datos lo compensaba con creces.
Todo esto viene a que esta semana se presentó el estudio del Observatorio de la Piratería y Hábitos de Consumo de Contenidos digitales. Al margen de que la lucha contra la piratería parece que funciona -por primera vez en España hemos pirateado menos- aunque hay que pulir aún muchas cosas, hubo un dato que me llamó la atención. A saber: un 26 por ciento de quienes piratean contratarían menos ancho de banda si no pudiesen hacerlo. Es decir, uno de cada cuatro usuarios pagaría menos si no existieran las descargas ilegales.
Es innegable que la piratería ha sido fundamental para el impulso de la banda ancha", asegura el analista Jaime García Cantero
Así que ni corto ni perezoso, con una duda en la sesera, llamé a los operadores para contrastar opiniones, pero no recogieron el guante. Quien sí lo hizo fue Jaime García Cantero, analista independiente. "Es innegable que la piratería ha sido fundamental para el impulso de la banda ancha".
Fue la primera frase de otras muchas del estilo que soltó cuando le interpelé sobre su opinión respecto al papel de la piratería en la expansión de la banda ancha.
Opinión opuesta a la de Enrique Dans, profesor de Sistemas de Información en el IE, con el que contacté por correo un ratito después. "Plantear que un usuario contrata un ancho de banda mayor únicamente con el fin de descargar contenidos me parece, a estas alturas, completamente absurdo: los titulares de derechos de autor deberían dejar de creerse el niño en el bautizo, la novia en la boda y el muerto en el entierro, porque hay mucho más en Internet que ellos. Que sigan pensando que todo en Internet ocurre en relación con los contenidos es la patética demostración de que siguen sin entender la red", apuntó.
Como en todo lo que no es amor, hay una escala de grises. Sería del genero ese al que muchos hacen referencia en determinadas situaciones pensar que la piratería no tiene algo de ver con en el impulso de la banda ancha en nuestro país. Acuérdense de eMule, y de aquel amigo que decidió contratar más ancho de banda para reducir en un par de días la descarga de películas y música. Que sí, que en muchos casos eran toxicómanos digitales que luego no consumían lo que descargaban, pero que estaban dispuestos a pagar más y más por poder tener la nevera llena de contenidos, aunque en su estómago no cupiese tan pantagruélico banquete audiovisual.
El abaratamiento y mejora de la oferta que actores como Netflix, HBO o Movistar han acometido está detrás de la bajada de la piratería
Al margen de esto último que no deje de ser una experiencia personal, y por tanto sin peso científico, está lo que dice el informe, que eso sí tiene cierta credibilidad contrastable. Uno de cada cuatro internautas contrataría -y por tanto pagaría- menos por Internet si no hubiese descargas ilegales.
¿Por qué se reducen ahora las descargas ilegales? En eso estamos de acuerdo Jaime García Cantero, Enrique Dans y yo. Y me atrevo a afirmar que también los operadores y empresas audiovisuales. Sería del mismo género al que me refería antes pensar que la mayor oferta de contenidos audiovisuales, la especialización de esa oferta y la asunción de precios más razonables en actores como Netflix, HBO o Movistar, no ha tenido nada que ver en el descenso de la piratería.
La vida pirata ya no parece ser, como reza la canción, la vida mejor.