Tecnología

Galileo hace cosas que el GPS no hará por ti

El sistema Europeo satelital, Galileo, incluye particularidades que mejoran -y mucho- el tradicional sistema GPS que utilizamos desde teléfonos y tablets.

  • Lanzamiento de un satélite

Cuando encendemos el GPS del móvil en el coche para ir a un lugar desconocido, nuestro teléfono se conecta a satélites situados a kilómetros de distancia que le ayudan saber dónde esta y por dónde tiene que moverse el coche para llegar a su destino. El GPS, básicamente, no es más que un conjunto de satélites propiedad de los Estados Unidos, utilizado en el ámbito militar pero que está también abierto al uso civil (por eso puedes utilizarlo con tu móvil).

¿Qué pasaría si el Gobierno de los Estados Unidos decidiese bloquear su uso civil? Antes hubiera sido un gran problema, hoy ya no lo es. "Galileo es el sistema satelital de los europeos bajo control civil que opera desde el año pasado. Nos da autonomía para tener servicios satelitales si pasa algo con otros sistemas como el GPS norteamericano o el Glonass ruso", asegura Javier Ventura, portavoz de la ESA (Agencia Espacial Europea).

La mayoría de los teléfonos móviles que se fabrican en la actualidad son multiconstelación, es decir, son capaces de entenderse y utilizar cualquier sistema satelital. A saber Galileo (Europa), GPS (americano), GPS (ruso) y BeiDou (chino). De hecho, Galileo opera en colaboración con GPS, aunque ya puede hacerlo de forma autónoma.

Operaciones de rescate

Los satélites se utilizan para multitud de operaciones, en muchos casos de rescate. Es ahí donde el sistema Galileo ofrece una diferencia respecto a sus rivales.

Imaginemos que estamos en un barco que, desgraciadamente, naufraga. Tenemos la posibilidad de lanzar un aviso satelital y lo hacemos. Eso es todo. El usuario lanza el aviso de sus coordenadas alertando de que ha sufrido un problema y ahí queda todo.

Galileo permite alertar al usuario para que permanezca en el lugar en el que está hasta que sea rescatado. Saber que la ayuda está en camino es algo que da mucha fuerza moral

Es decir, la información, el aviso, es unilateral. Lo que aporta de diferente Galileo es la posibilidad de que los equipos de emergencia respondan acerca de la recepción de ese mensaje y de que se ponga en marcha la operativa de rescate. "Galileo permite alertar al usuario para que no se mueva, para que permanezca en el lugar en el que está hasta que sea rescatado. Saber que la ayuda está en camino es algo que da mucha fuerza moral", manifiesta Ventura.

De igual forma, Galileo permitirá que los aviones comerciales aterricen y despeguen con mayor seguridad, gracias a la mayor precisión del sistema y a una corrección de errores mucho más ágil que la que aporta el uso únicamente del GPS. 

Galileo se subirá al coche inteligente

En abril de 2018 entrará en vigor la regulación eCall por la cual los vehículos fabricados en la Unión Europea tendrán que tener un sistema que alerte a los servicios de emergencia del momento en el que haya un accidente, facilitando datos como el punto exacto del siniestro o el número de viajeros a bordo.

Galileo está llamado a ser capital en la entrada de este nuevo sistema, ya que es más potente que, por ejemplo, GPS. Entre otras ventajas, es más rápido y más preciso, y su señal es mucho más resistente a las interferencias, particularidades esenciales cuando se produce una situación de rescate en la que una mejor gestión del tiempo salva vidas.

A pleno rendimiento en 2020

Está previsto que en 2020 haya 30 satélites de Galileo en órbita, si bien sólo hacen falta 24 para que el sistema tenga operatividad a pleno rendimiento. A día de hoy hay 18 satélites en órbita y 11 utilizándose en operaciones.

El hecho de contar con seis más en la recámara viene derivado de la necesidad de que alguno de ellos tenga que ser reemplazado, bien por problemas, bien por el fin de su vida útil, que es de unos 12 años. 

¿Qué pasa cuando un satélite 'muere'?

Cada satélite guarda una cierta cantidad de combustible que se utiliza para situar cada unidad en una órbita en la que no sea un peligro para el resto de satélites y/o aeronaves.

Ese combustible se utiliza para dejarlos en lo que se llama la 'órbita cementerio', en un lugar controlado, sin peligro de choques, donde quedan sin nada de combustible.

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