Este viernes se cumplían cinco años de los terribles atentados yihadistas contra la sala Bataclan y contra varios restaurantes de París. Ciento treinta personas perecieron aquella noche a manos de un grupo de terroristas. Fue el atentado más mortífero en Europa desde el 11-M. La serie documental de Netflix 13 de noviembre. Atentados en París retrata con crudeza, realismo y emoción el infierno que padecieron las víctimas de semejante monstruosidad.
Primero varios terroristas se inmolaron en las inmediaciones del Estadio de Francia donde la selección gala disputaba un encuentro amistoso frente a Alemania. Después los yihadistas emprendieron un camino de horror a bordo de un coche que detuvieron en varios restaurantes para acribillar a todos los ciudadanos cuantos pudieron. Y finalmente terminaron en la sala de conciertos donde asesinaron a noventa personas antes de ser abatidos por la policía francesa.
Los tres capítulos de esta serie de Netflix grabada en 2018 muestran lo que ocurrió desde la perspectiva de las víctimas y los testigos que estaban allí. La fuerza del documental estriba precisamente en la fuerza de esos testimonios. Es impactante y desgarrador escuchar al propietario de uno de los locales que vio morir a su esposa, a varias de las personas que se salvaron por casualidad, a quienes estaban en el foso de Bataclan y optaron por fingir que habían muerto o a los secuestrados que pasaron varias horas en una angosta habitación de la sala de conciertos junto a sus desquiciados captores.
Al ver el documental empatizas con quienes sufrieron los atentados, aunque lógicamente sea imposible comprender en toda su extensión la enormidad de lo que allí pasaron
Gracias a las palabras de todos ellos y a la combinación con imágenes reales de los atentados, el espectador rememora lo sucedido con una asfixiante sensación de inquietud, incluso de cierta ansiedad, casi como si se trasladase a los escenarios de tamaña atrocidad. Al verlo empatizas con quienes sufrieron los atentados, aunque lógicamente sea imposible comprender en toda su extensión la enormidad de lo que allí vivieron.
Esta serie se grabó con una delicadeza que se percibe tanto en la ausencia de imágenes hirientes como en lo cuidados que están los planos y los lugares donde hablan los personajes. Pero al mismo tiempo la obra posee la intensidad de un thriller. Por la sencilla razón de que lo que aconteció, contado por sus protagonistas, es tan fuerte que no necesita morbo ni dosis de espectáculo. Se cuenta con frialdad, pero no puede dejarte frío.
Los recientes atentados en Francia y Austria nos recuerdan que esta amenaza permanece latente, aunque no queramos verla y prefiramos una de nuestras cómodas vendas en los ojos
Ya hace bastante tiempo que Netflix estrenó 13 de noviembre. Atentados en París. Pero quizás sea ahora, en este quinto aniversario que se ha vivido con la frialdad que impone la pandemia, el mejor momento para sumergirse en esta serie escalofriante. Porque lo que cuenta es la realidad de los hechos, por duros que sean y por doloroso que resulte enfrentarse a ellos. Y porque los recientes atentados en Francia y Austria nos recuerdan que esta amenaza permanece latente, aunque no queramos verla y prefiramos una de nuestras cómodas vendas en los ojos.
Aquel terrorífico viernes 13 de noviembre la barbarie quebró el entendimiento de todos los parisinos. Ahora, cinco años después, este documental de Netflix sirve para explicar qué es el terrorismo yihadista y hasta dónde puede llegar su irracionalidad. Nadie puede devolver la vida de aquellas 130 personas. Y nadie puede restañar las heridas, sean físicas o psicológicas, de quienes lograron escapar con vida. Pero quizás ver este documental sea el mejor homenaje que podamos hacer a unos y otros.