El conflicto abierto entre Prigozhin y los altos cargos de las fuerzas armadas rusas, especialmente Sergéi Shoigú, ha sido una constante en los últimos meses. El que fuera la mano derecha de Putin y jefe del grupo mercenario Wagner, Yevgueni Prigozhin, ha dado un giro de 180 grados a la ofensiva rusa y ha puesto en jaque a la cúpula del Kremlin.
El líder de Wagner pasó este fin de semana de preparar estrategias militares en Ucrania, a lanzar un desafío al Kremlin. Acusaba el pasado viernes al ministerio de Defensa ruso de haber atacado sus campamentos por la retaguardia. Prigozhin dijo que las élites militares rusas, contra las cuales se había rebelado, "querían desintegrar a Wagner", y por ello anunció la "marcha por la justicia", durante la cual, en 24 horas, avanzó hasta llegar a 200 kilómetros de Moscú tras tomar la ciudad sureña de Rostov del Don.
El presidente Putin cargó contra el jefe de los mercenarios, a quien acusó de traición, de “apuñalar por la espalda” al pueblo ruso. Y prometió aplastar el golpe: “Nuestra reacción será contundente”, dijo en un mensaje a la nación.
En paralelo, el presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, se ha postulado como mediador del golpe de Estado, algo que el presidente ruso ha agradecido, por su relación cercana con Prigozhin desde hace al menos 20 años. El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha asegurado que la causa penal contra Yevgueni Prigozhin será archivada y que podrá trasladarse a Bielorrusia con “garantías de seguridad” para él y sus tropas.
Tamuda
Para los rusos, Wagner se había convertido en un símbolo del patriotismo heroico. Es una hermandad de guerra. Una legión de blogueros militares, que tienen una penetración e influencia sobre más del 50% de la población adulta rusa según estudios solventes, ha ido construyendo esta imagen y empujando a su jefe, -un judío étnico, un oligarca y un hombre con un pasado bastante turbulento-, que se transforma en el arquetipo de un HÉROE puramente ruso, en un símbolo de JUSTICIA Y HONOR para todas las personas. Este héroe se va convirtiendo cada vez más, empujado por la masa a la que él mismo retroalimenta, en un profeta mesiánico contra los “militares de moqueta, las élites corruptas y la oligarquía”. Su iluminación encendida le convierte en el mesías capaz de instaurar el "Reino Definitivo de la Justicia" y a lanzarse en la “Marcha por la Justicia”. Un fenómeno político muy propio de la escatología política eslava.El vocablo total Pravda, al margen de toda alusión periodística, quiere decir al mismo tiempo Justicia y Verdad. Prigozhin se convirtió en un revolucionario político, portavoz de la ira popular hacia las élites oligárquicas. El Kremlin ha utilizado este fervor patriótico y guerrero. La movilización de 300 mil reservistas y actualmente de casi 200 mil contratos de voluntarios en unos meses, no se hace así como así. De otro lado, utilizó a Prigozhin como ariete frente al burocratismo del ejército regular. Tras el fracaso de la “Marcha por la Justicia”, al gobierno ruso le cae el papel nada fácil de actuar contra un pronunciamiento de rebelión, neutralizando su dimensión revolucionaria, pero sin cargarse el patriotismo guerrero que encierra el fenómeno y, una pieza imprescindible para la guerra.
Perhaps
Decía en otro sitio que no acaba de creérmelo y esto me suena más a jugada de Putin para trasladar a Wagner a Bielorrusia desde donde iniciar otro asalto a Ucrania-Kiev sin que se note. Preparar un ataque-sorpresa.