El exministro del Interior Jorge Fernández Díaz firmó la concesión de una medalla pensionada de por vida para el mando de Asuntos Internos, Jesús Vicente Galán. Se trata del último policía que ha pasado a engrosar la lista de agentes imputados por el juez en el marco de la llamada operación Kitchen, que tuvo lugar entre 2013 y 2015. La Audiencia Nacional investiga si la entonces cúpula policial, siguiendo órdenes políticas, se infiltró en el entorno del extesorero del PP Luis Bárcenas de espaldas a los jueces para arrebatarle información sensible sobre el partido.
Según la información a la que ha tenido acceso Vozpópuli, Jesús Vicente Galán fue condecorado en octubre de 2014 con una medalla al mérito policial con distintivo rojo con motivo de la festividad de los Ángeles Custodios, patrones de la Policía Nacional. Esa medalla lleva aparejada una pensión vitalicia del 10 por ciento del sueldo. Según las fuentes policiales, la iniciativa de esta medalla partió del que fuera director adjunto operativo (DAO) del Cuerpo en aquella época, Eugenio Pino.
Las medallas policiales rigen por una ley franquista de 1964 y son a menudo foco de conflicto en la Policía. Sindicatos policiales y sectores en el Cuerpo denuncian que demasiadas veces se reparten en virtud de amiguismos entre los altos mandos y atendiendo a criterios que nada tienen que ver con el espíritu de la norma. Las medallas rojas como la que recibió Galán están reservadas a aquellos que ponen en peligro su vida en el ejercicio de su cargo, pero en el redactado de la norma también contempla la posibilidad de premiar conductas que merezcan una especial recompensa, lo que abre la puerta a todo tipo de interpretaciones.
Destinado a Mauritania
Según las fuentes consultadas, en su caso la propuesta que hizo Pino no fue por un hecho concreto, sino por trayectoria profesional. En ese momento, era inspector jefe. Ingresó en Asuntos Internos en abril de 2012 y cuatro años después fue destinado a una embajada. Este es otro punto de conflicto en el Cuerpo por las mismas razones que las medallas. La queja es que los destinos internacionales suelen reportar grandes sueldos y sus escasas plazas suelen responder a favores. En su caso fue destinado a Mauritania.
Su nombramiento como agregado de Interior se produjo en la reunión de la Comisión de Destinos en el Exterior de 7 de julio de 2016, apenas unos días después de que Pino se jubilara. Aquella Comisión estuvo presidida por el entonces secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, y asistieron el director del Gabinete de Fernández Díaz, Javier Conde, y el director General de la Policía, Ignacio Cosidó.
Galán era el jefe de la Sección de Seguimientos y Vigilancias de la Unidad de Asuntos Internos y desde este lunes se encuentra imputado. Orgánicamente, dependía de la dirección adjunta operativa que dirigía Pino. Lo normal es que sean son los responsables directos los que proponen la concesión de una medalla para un subordinado. Pero en este caso fue directamente Pino quien la impulsó y no el entonces jefe de Asuntos Internos, Marcelino Martín Blas, también imputado por estos hechos.
Pino era un mando de la máxima confianza de Jorge Fernández Díaz, el investigado de mayor rango político hasta ahora de todo el macrocaso Villarejo. A medida que avanzó la legislatura, el exministro perdió la confianza en su director general, Ignacio Cosidó, y acudía directamente al DAO. Cuando Pino declaró ante el juez y la Fiscalía por la operación Kitchen, reconoció los seguimientos a Bárcenas, -incluso se arrogó la autoridad de haber ordenado su final en 2015- pero los enmarcó dentro la normal actividad policial.
Imputación
El juez del caso, Manuel García Castellón, había citado este lunes a Jesús Vicente Galán como testigo, pero ha salido como investigado de la Audiencia Nacional. Un informe de Asuntos Internos reveló que uno de los coches de su Sección de Seguimientos fue detectado en julio de 2013 en las inmediaciones del taller de restauración al que acudía la mujer de Bárcenas, Rosalía Iglesias. Lo conducía una subordinada de Galán que declaró como testigo ante la Policía y también este lunes ante el juez. En las dos ocasiones responsabilizó a su jefe directo de aquel trabajo, según fuentes presentes en su interrogatorio.
Esta policía añadió que hubo más integrantes de la Sección de Seguimientos y Vigilancias que prestaron esa labor. Admitió incluso que en una ocasión fueron los encargados de trasladar a la propia esposa de Bárcenas desde la Audiencia Nacional hasta otro lugar que no recuerda. El juez destaca que el cometido de la Unidad Asuntos Internos es “la investigación de agentes de policía y que por tanto debía permanecer totalmente ajena a los hechos”.
Tras prestar declaración su ex subordinada, Galán advirtió este lunes al juez que sus respuestas como testigo -con obligación decir la verdad- podrían perjudicarle. Es por eso que el juez decidió aplicarle la condición de imputado y citarle para otro día en presencia de un abogado. La medida contó con el visto bueno de la Fiscalía.