El expresidente del Gobierno José María Aznar ha dicho este viernes que el ingreso mínimo vital es necesario, ya que "la primera obligación del Estado es ayudar a todo aquel que lo necesite", pero ha aclarado que debe ser temporal ya que la prioridad de un Gobierno es fomentar el empleo y la creación de empresas para salir de la crisis provocada por la pandemia.
Lo ha aseverado tras ser preguntado por ello en la conferencia "Poscovid-19: ¿hacia un nuevo orden internacional?", organizada por la Universidad San Ignacio de Loyola de Lima (Perú).
Aznar ha explicado que aprobar una iniciativa de tal naturaleza "es difícil" cuando el Estado mantiene un endeudamiento que equivale al 110 por ciento del producto interior bruto (PIB) y que se complica más aún cuando se traslada a la UE la necesidad de ayudas a modo de "transferencias", que no recaigan sobre la deuda, para "financiar las consecuencias de la pandemia: "Las cosas a veces no cuadran", ha zanjado.
Por ello, Aznar ha insistido en que la "gran cuestión" a la que se enfrentará España es "estructural" y gira en torno al crecimiento del empleo y a la creación de empresas, no a una ayuda, ha remarcado, "necesaria desde el punto de vista temporal".
Falta de "consensos objetivos"
Ha vaticinado que en España la salida de la crisis será más difícil de afrontar por la falta de "consensos objetivos" y "comunes" y ha apelado a acuerdos que se fundamenten en la Constitución y los principios que rigen la UE.
El expresidente del Gobierno ha añadido que con esos dos acuerdos básicos España "podría haber forjado los consensos suficientes" para poner en marcha "las respuestas adecuadas" ante la crisis con el fin de abordar el futuro ante cuestiones "difíciles de solventar", como es el escenario político actual.
Sobre la lucha contra la pandemia, ha opinado que no ha habido un "liderazgo internacional" ni "una repuesta global", debido a la ausencia de "consensos básicos" entre países y organismos.
Para Aznar, solo algunos organismos e instituciones como el Banco Central Europeo (BCE) o la Comisión Europea han respondido ante la crisis social y económica.
Además, ha alertado sobre los "populismos" y "regímenes totalitarios", que pretenden erigirse como "alternativas" ante los fracasos de muchas democracias liberales.
