La irrupción del coronavirus ha puesto en jaque los planes del Ministerio de Defensa a corto plazo. Las misiones internacionales son uno de los frentes en los que se han encontrado los mayores problemas. Para minimizar el riesgo de contagio entre los efectivos, se ha impuesto una cuarentena preventiva a todos aquellos militares que están a punto de incorporarse a una operación. Una medida para evitar que ninguno de ellos se contagie antes de marcharse, pero que lastra los plazos en algunas misiones.
La medida se ha implementado tras decretarse el estado de alarma y a tenor de algunas complicaciones que se han producido en las misiones en el exterior. Recordemos que el departamento dirigido por Margarita Robles, a través del Estado Mayor de la Defensa (EMAD), ordenó el repliegue de los militares dedicados al adiestramiento e instrucción en escenarios como Mali, Afganistán e Irak. En el caso africano, ya se detectó un positivo entre las filas españolas. Y también se ordenó la repatriación de una veintena de efectivos que aguardaba en Yibuti a incorporarse a la misión en el Índico contra la piratería tras certificar que había un contagiado. Todos ellos cumplen aislamiento tras llegar a España.
Las condiciones en las que se despliega un militar en cualquier misión en el exterior pueden ser favorables a la rápida propagación del coronavirus: habitaciones compartidas, transporte en vehículos y espacios comunes de aseo y cocina, entre otros. Por eso, el Ministerio de Defensa ha impuesto una cuarentena preventiva a todos los militares que se marchan al exterior para evitar que puedan contagiarse.
Los militares que viajan a Lituania
El último ejemplo llega desde el Ejército del Aire. Más de cien militares del Ala 31 embarcaron este lunes en un avión A400M rumbo a Šiauliai, Lituania, donde se integrarán en una misión de la OTAN de patrulla aérea. Con base en Zaragoza, todos los efectivos han superado un proceso de aislamiento para asegurarse de que ninguno de ellos se infecte antes de desplegarse en su misión en los países bálticos. Según fuentes militares consultadas por Vozpópuli, esta medida se ha adoptado también en el Ejército de Tierra como en la Armada Española.
? Embarque de militares @EjercitoAire ?? destino, Šiauliai, Lituania ?? en un #A400M del #Ala31 en Zaragoza, para su despliegue de la misión de Policía Aérea en el Báltico #BAP @NATO #MOPS. Siempre manteniendo las medidas de prevención #COVID19#NuestraMisiónTuLibertad pic.twitter.com/5vpLFVeuR5
— Estado Mayor Defensa ?? (@EMADmde) April 27, 2020
Esta decisión ha obligado a posponer el regreso de algunos contingentes que tenían marcada una fecha próxima en el horizonte y que ahora no tienen un reemplazo inmediato. Circunstancia a la que hay que sumar el despliegue en España de fuerzas contra el coronavirus que están -o han estado- en contacto con las que se estaban preparando para marcharse al exterior. El ejemplo más destacado es el del Líbano; los efectivos, en vez de regresar en mayo tras cumplir los seis meses establecidos, tendrán que esperar varias semanas más para hacer las maletas.
Las mismas fuentes militares detallan que todas las modificaciones de los calendarios se llevan a cabo desde el Mando de Operaciones (MOPS), en estrecha colaboración con el EMAD y siempre de forma coordinada con las organizaciones internacionales en las que se integran los militares, principalmente la OTAN y la Unión Europea.
Como contó este periódico, la pandemia ha trastocado los planes de Defensa en oposiciones y proyectos de renovación tecnológica, además de los despliegues en el exterior. El Gobierno ha encontrado en las Fuerzas Armadas el músculo necesario para hacer cumplir el estado de alarma por el coronavirus y los militares se han desplegado en labores de desinfección, patrulla y apoyo logístico y sanitario. De acuerdo a los datos ofrecidos por Margarita Robles en la subcomisión de Defensa celebrada este lunes en el Congreso, tres efectivos han perdido la vida a causa de la enfermedad, aunque ninguno de ellos participaba de forma directa en la Operación Balmis.