Vivimos en Cataluña hoy un Sant Jordi sin precedentes, un Sant Jordi sin personas inundando las calles y regalando rosas y libros, sin autores que los firmen. Este año nos van a faltar muchas cosas, nos faltan personas, nos faltan abrazos, nos faltan los nuestros, nos falta dinero, nos falta energía y optimismo. Además de Sant Jordi, nos han faltado las Fallas en Valencia, nos faltará la feria de Abril en Sevilla y, por ejemplo, los Sanfermines en Pamplona y nos vamos a tener que adaptar a ello y nos vamos a tener que adaptar a vivir una vida diferente para seguir luchando contra el coronavirus, pero a lo que me resigno a adaptarme es a una mala gestión de los que están al frente de esta guerra contra la Covid-19.
Cierto es que rectificar es de sabios y que está claro que puestos ya a aguantar días en casa mejor seguir igual que no sacar a nuestros hijos a las farmacias, a los bancos o a los supermercados. En Italia lo han hecho así, pero no creo que sea un buen ejemplo y más teniendo los datos que tenemos. Se agradece que el gobierno de Sánchez haya rectificado, en menos de seis horas, la medida para que salgamos a la calle con nuestros hijos. El problema es lo que supone en cuanto a pérdida de confianza en su gestión, y todos sabemos que recuperar la confianza no es nada fácil.
Ni por ellos ni por los que estamos, no podemos navegar sin rumbo haciendo propuestas nefastas que ponen en riesgo nuestra seguridad
Está claro que estamos ante un drama sanitario sin precedentes, esto es una pandemia, es mundial, pero no podemos navegar sin rumbo con más de 22.000 familias que han perdido a uno de los suyos y con la situación económica que nos espera y que va a ser más que deplorable. Ni por ellos ni por los que estamos, no podemos navegar sin rumbo haciendo propuestas nefastas que ponen en riesgo nuestra seguridad, no podemos navegar sin rumbo porque así nos está costando lo nuestro.
A día de hoy deberíamos estar hablando de otras cifras y lo triste es que tenemos en un día más de 4.000 nuevos afectados. Sí, tenemos un Gobierno que navega sin rumbo en muchos momentos y para prueba la medida de sacar a los niños a las farmacias, pero también es cierto que seguimos teniendo a una parte de la población que se salta a la torera las normas, no sólo a juzgar por los nuevos afectados sino también a juzgar por todas las denuncias que diariamente se están poniendo a personas que se pasan el confinamiento por sus bajos.
Confinamiento tardío
Esto es responsabilidad de todos, depende de cada uno de nosotros que podamos salir más tarde que pronto pero también depende de tener material sanitario y de que el gobierno se deje la piel por conseguir mascarillas para todos -niños incluidos- y test para todos los ciudadanos. Estamos recogiendo lo que hemos sembrado, recogemos el haber hecho un confinamiento tardío, y recogemos la falta de unidad política. Ahora hay que arrimar el hombro. Miremos a Portugal, que vieron cómo llegaba el virus a Italia y a España y se confinaron. Esto, sumado a la unidad política, han hecho que la gestión portuguesa se considere de éxito. Incluso tenemos pueblos en España a los que se les debe felicitar por no tener ni un solo caso de coronavirus.
Esperemos que más pronto que tarde el Gobierno de Sánchez e Iglesias encuentren el rumbo para salir de esta. ¿Saben ya cómo vamos a trabajar -todos- si tenemos hijos a nuestro cargo, teniendo en cuenta que los colegios y las guarderías están cerrados y que debemos preservar a nuestros abuelos? Piensen antes de anunciar algún despropósito. Cuídense, feliz día de la rosa y el libro.