La Península Ibérica y los archipiélagos cuentan con numerosas muestras de monumentos que merecen la pena ser visitados, especialmente sus castillos, fortalezas y palacios. Estas construcciones diseminadas por todo el territorio forman parte de la historia y la cultura de de España, por lo que visitarlos es una forma de viajar al pasado y de profundizar en ella desde otro punto de vista.
Te invitamos a disfrutar esta primavera de una ruta por algunos de los castillos más bellos de nuestro país.
El Castillo-Palacio de Olite
Cualquier viaje a Navarra que se precie, merece una parada en el precioso Castillo de Olite, nombrado en el año 1925 Monumento Nacional. Construido durante los siglos XII y XIII en el emplazamiento de una antigua fortaleza romana, este castillo de arquitectura gótica -convertido en uno de los edificios civiles góticos más importantes de Europa- consigue trasladar a los visitantes a la época medieval. Su estructura ocupa un tercio de la superficie del casco medieval del municipio y es posible visitarlo de forma libre recorriendo cada una de sus estancias. Además, cada verano acoge el Festival de Teatro y es una postal ineludible de sus fiestas medievales.
El castillo de Butrón
Localizado en Gatika, a medio camino entre Bilbao y San Juan de Gaztelugatxe, el castillo de Butrón sorprende por estar ubicado sobre una colina y rodeado de un bosque centenario. Este precioso castillo del País Vasco, que ahora es capaz de trasladar al visitante a la Edad Media, fue escenario de sangrientas luchas entre dos bandos de la nobleza vizcaína por ejercer su poder en torno al territorio.
El Alcázar de Segovia
Entre los castillos más bonitos de España se encuentra el Alcázar de Segovia. Construido como residencia del rey Alfonso III en el siglo XII -aunque es probable que la fortificación ya existiese en tiempos de la dominación romana, pues se han encontrado sillares de granito análogos a los del Acueducto-, este castillo es famoso por haber inspirado el diseño del castillo de Cenicienta de la película de Disney, además de inspirar la arquitectura de numerosos palacios gracias a sus tejados cónicos de cuento de hadas. La función de este edificio fue de fortaleza, para defender la ciudad por el lado oriental, pero también como residencia regia. Además, en su interior el rey Alfonso X “el Sabio” convocó por primera vez en 1256 las Cortes.
Castillo de Vélez-Blanco
En Almería se encuentra otro de los castillos más bonitos de España, el de Vélez-Blanco, perteneciente en sus inicios a una alcazaba musulmana y concedido más tarde, por los Reyes Católicos a Pedro Fajardo, primer marqués de los Vélez. Él fue el responsable de rediseñar el interior del castillo con un estilo renacentista destruyendo la fortaleza anterior para adecuarse a las nuevas exigencias de los señores castellanos.
Su superficie actual cuenta con casi 2.500 metros cuadrados, de los que se pueden visitar 750. El palacio estaba organizado en torno a un Patio de Honor, una obra majestuosa en mármol blanco de Macael que representa una joya escultórica del arte del Renacimiento que en la actualidad está expuesto en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. Este Enclave Monumental fue declarado Monumento Nacional en el 1931.
Castillo de Gormaz
En Soria, entre campos de cultivo y bosques, se encuentra uno de los castillos más bonitos, imponentes, soberbios y colosales de España, el castillo de Gormaz. Esta joya de la arquitectura, de la que muchos desconocen su existencia, fue construida en el año 965 para defender las fronteras del Califato de Córdoba.
Desde lo alto del cerro esta primitiva fortaleza, del Califato y de Castilla en alternancia según dominio y conquista por ser frontera entre los reinos peninsulares, servía para vigilar el territorio y garantizar el control de la zona. En el momento de su construcción, este castillo fue considerada la mayor construcción defensiva de la Baja Edad Media en Europa, un enclave más decisivo en la guerra entre musulmanes y cristianos durante la Edad Media.
