El fondo luxemburgués Corestate, con activos por 21.000 millones en toda Europa, planea subirse con fuerza al tren de las residencias para estudiantes, autónomos y ejecutivos, una tendencia inmobiliaria al alza en España.
Esta semana se ha podido saber que el fondo compró a la promotora cotizada Metrovacesa suelo por unos 20 millones en el barrio madrileño de Las Tablas para levantar allí un edificio de apartamentos para ejecutivos o 'de negocio' que busquen residencias para estancias de al menos varios meses en la capital de España.
La operación no es casual sino parte de un importante proyecto de inversión en nuestro país. Desde el fondo apuntan a Vozpópuli que este, con una cartera actual de 1.700 camas en cinco proyectos (304 camas en Madrid y 314 en Sevilla ya en funcionamiento, y unas 1.000 en licencia en Valencia, Sevilla y Salamanca) fundamentalmente para estudiantes en nuestro país, aspira a alcanzar las 5.000 camas en total antes de 2022.
Expansión en 'alternativos'
Y ello dentro de un plan de expansión que incluye a la división de residencias para estudiantes o Youniq -una línea en la que se prevén 17.000 nuevas camas en España antes de 202-, la división de apartamentos de negocio o Joyn, y una línea de coliving o Linkedliving.
El regreso de Corestate a España se inscribe dentro de lo que percibe como una enorme oportunidad de negocio, en sintonía con las empresarios del sector
"Nuestras residencias no tendrán menos de 200 camas", dicen desde Corestate, apuntando a materializar unos 4-5 proyectos de inversión al año hasta 2022.
Regreso a España
Corestate hizo una primera irrupción en España en 2015 de la mano del constructor Villar Mir, con quien rompió relaciones al cabo de año y medio.
Su regreso a España se inscribe dentro de lo que percibe como una enorme oportunidad de negocio, en sintonía con las empresarios del sector, que ven en el coliving, las residencias para estudiantes y ancianos, y en el coworking las tendencias inmobiliarias con mayor potencial.
Desde JLL inciden en una demanda insatisfecha de unas 400.000 camas en España para estudiantes y en un mercado del coliving con demanda latente (en España solo existen medio centenar de camas) frenada por la inseguridad jurídica.