Barcelona espera a Manuel Valls. El ex primer ministro francés ha dado pasos inequívocos hacia España a lo largo del verano, pero no termina de hacer el anuncio. Valls aspira a liderar una candidatura al Ayuntamiento de la ciudad Condal. No será una lista unitaria del constitucionalismo, pero al menos debe parecerlo. Y eso está complicando la recta final de la negociación. Valls es el candidato. Pero, ¿quién controla la lista? ¿Cómo se llama? ¿Quién la configura? ¿Pueden integrarse el PP y el PSC?
Valls llega a España de la mano de Ciudadanos. La oferta política de liderar una candidatura al alcaldía de Barcelona fue de Albert Rivera. Valls pidió encabezar una lista constitucionalista transversal. El PSC se ha negado, pese a que un sector tanto político como intelectual del socialismo catalán apoya la llegada del francés. El PP teme que Valls los elimine del mapa municipal. Y Ciudadanos, por su parte, quiere que el afán integrador del proyecto no difumine sus siglas.
Expectación vs. tiempo
El juego de intereses está complicando la recta final de la negociación. Fuentes conocedoras de las mismas hablan de "interferencias". Pocos dudan de que Valls dará el paso. Los plazos se están acortando, pero su mudanza laboral a Barcelona para dar clases en Esade y las cenas que ha organizado con empresarios, políticos y responsables de medios de comunicación sugieren que lo tiene claro. Septiembre es el mes. Quizá a finales.
"Esperar está bien y genera expectación. Pero se están achicando mucho el tiempo y más allá de octubre sería un riesgo", dice un veterano constitucionalista de la política catalana. "Hace falta un buen plan de imagen, cubrir espacios débiles, se requiere un tiempo de calle y exposición publica. Lo ideal es trabajar con un año y ya vamos justos".
¿Qué se sabe de la candidatura de Valls? Lo que Ciudadanos tiene asumido es que será una lista constituida como plataforma. El propio Rivera lo dejó caer en su entrevista, polémica por otros motivos, en TV3. "Estamos trabajando para que sea el candidato de una plataforma abierta, una plataforma ganadora", dijo. "Creo que puede haber personas de la sociedad civil, plataformas civiles que den apoyo a la candidatura".
El nombre de la lista es ahora mismo lo de menos, pero es importante. Un miembro de Ciudadanos comparaba la cuestión de la nomenclatura con las candidaturas municipales de Podemos. "Se llamaba Ahora Madrid, pero todos sabíamos que era Podemos. Se trata de que no haya confusión", explica. El partido naranja no tiene inconveniente en qué Valls forme una lista plural. Lo que quiere que queda claro es que ésa y no otra es su candidatura.
Riesgos para PP y PSC
Valls, por su parte, está armando un equipo que incluye personas que se identifiquen con los espacios que representan tanto el PP como el PSC. Los dos partidos son conscientes del riesgo que entraña Valls. Si las municipales del 26-M del 2019 se plantean como un duelo Valls-Ada Colau, se arriesgan a desaparecer del Ayuntamiento. Si el debate es independencia sí, independencia no, también salen perdiendo.
El bipartidismo está presionando en su entorno para evitar fugas de caras conocidas a la candidatura de Valls. Sin embargo, esos movimientos pueden ser ya imparables. El riesgo para ellos -al mismo tiempo es lo que busca Ciudadanos- es que su voto se diluya en la lista de Valls y desaparezcan del Ayuntamiento de Barcelona. El PSC tiene actualmente cuatro concejales. El PP, tres.