La campaña electoral británica entra en la recta final con los laboristas de Jeremy Corbyn en pleno auge en las encuestas. La primera ministra británica Theresa May anunció en abril su decisión de adelantar al 8 de junio los comicios generales previstos para 2020. Por entonces contaba con una amplia ventaja en los sondeos y la popularidad de Corbyn estaba en horas bajas. El UKIP aparecía prácticamente anulado tras la dimisión de su líder y todos sus electores pasarán a las filas conservadoras.
Ante este panorama, May se pensaba capaz de granjearse una sólida mayoría en Westminster para negociar con Bruselas un brexit a su medida. Ahora, el abismo de casi 20 puntos separaba a la mandataria británica de su contrincante directo ha desaparecido. A menos de una semana para la prueba de fuego en las urnas, las posibilidades del candidato laborista se han visto incrementadas de manera sorprendente hasta situarse a tan sólo cuatro puntos de la actual responsable del Gobierno. Todos buscan explicaciones. El último sondeo de YouGov publicado por el diario The Times otorga un 42% a May y 38% a Corbyn. Según la encuesta de IPSOS Mori publicada este viernes, la ventaja de los conservadores sería de un escaso 5%.
Los estrepitosos fallos de las encuestas son un factor a tener muy en cuenta. Sobre todo con el historial que acumulan en los últimos tiempos en las islas británicas, donde fallaron en los comicios de 2015 y con el referéndum de independencia escocés. Con el sistema mayoritario uninominal a una vuelta (consigue el escaño quien más votos cosecha en una circunscripción y los demás se quedan sin nada), los 'tories' lograrían 313, quedando a 13 de la mayoría parlamentaria de 326. Según estos cálculos, los de May perderían 17 escaños desde los sondeos publicados tras el anuncio de la convocatoria electoral y los laboristas lograrían hacerse con 257 sillones.
Entre las posibles explicaciones de la remontada del partido de Corbyn, los expertos demoscópicos y los analistas políticos apuntan al cambio que introdujo May en el programa electoral conservador una vez que ya estaba presentado. El famoso dementia tax pretendía poner un techo a la cobertura social que el Estado otorga a los ancianos con enfermedades que requieren cuidados en el domicilio. Ante el rechazo generalizado con el que fue recibido, los 'tories' decidieron rectificar la tasa para los ancianos. Pero el manchón quedó ahí.
El apoyo de los jóvenes
El líder laborista -reelegido dos veces por las bases del partido en 2015 y en 2016-, se tuvo que enfrentar a la vieja guardia de su partido dentro del propio grupo parlamentario, donde un grupo de diputados intentó apartarle de su silla. Corbyn se presenta con el programa más de izquierdas de los últimos veinte años. Contempla la nacionalización de servicios públicos y una serie de medidas contra la austeridad.
Llama la atención además el especial respaldo que está encontrando el líder de 68 años entre el electorado más joven. Quiere acabar con la precariedad de los contratos y que las tasas de la universidad sean gratuitas. Los militantes más jóvenes le apoyan a través de las redes sociales y cuenta con un grupo llamado Momentum, formado por 22.000 miembros y 200.000 donantes.
El nuevo primer ministro deberá paliar el efecto de la caída de la libra, el aumento de la inflación y otras dudas sobre el futuro de la economía británica
Por delante, el inquilino del número 10 de Downing Street que salga de las urnas tendrá el reto de paliar el efecto de la caída de la libra, el aumento de la inflación y otras dudas que planean sobre el futuro de la economía británica tras su divorcio de la Unión Europea. El Gobierno resultante deberá rubricar cuanto antes un acuerdo comercial con los 27 socios comunitarios. Aunque la victoria del partido conservador parece no peligrar a pesar de estar cediendo terreno, lo cierto es que la victoria que esperaba Theresa May cuando adelantó las elecciones será mucho más discreta. Queda una semana para confirmar el tino de las encuestas.
