Ocurrió en agosto de 2016. Un usuario de Tumblr colgó las fotos del coche de un amigo con unos cuantos rayajos en su chapa y la palabra Fag (maricón) en una de sus puertas. Su compañero era enfermero en un hospital de Birmingham y no era la primera vez que había sufrido vandalizaciones en su automóvil motivadas por su condición sexual. 

Al cabo de unos días un usuario de reddit que había visto el post se dio cuenta que los rayajos indeterminados eran un intento infructuoso de dibujar la esvástica nazi en la chapa del coche. Tan rematadamente mal que nadie había caído en las intenciones del homófobo. El post en reddit se hizo viral y alguien diseñó un nuevo slogan para identificar a estos pedantes falderos de Hitler inspirándose en los rayajos. "Hale Hortler" define a aquellos jóvenes iletrados neonazis que no llegan ni a comprender la simbología fascista que tratan de defender.

A partir de entonces es normal encontrarse decenas de cazadores de grafitis, pintadas y distintas acciones disparatadas de neonazis desubicados. Denuncias que dejan en ridículo a sus nuevas generaciones. Normalmente jóvenes marginales con una formación histórica y cultural deficiente que eligen simbología fascista para hacerse fuertes en su tribu urbana.

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Esos locos imigrantes que vienen a robarnos los diccionarios...

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Pero las pintadas no son las únicas pruebas de esta incoherencia histórica. Más de medio siglo después de la caída del nacional-socialismo alemán la evolución de los movimientos de recuperación de sus principios han tenido tiempo para incorporar incluso aquellos contra los que el nazismo primigenio luchó. Pollas y esvásticas para resumir en un logo este desatino ideológico.

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Son los GASH, "Gay Skinheads arios". Un grupo neonazi ruso que sigue los prefectos del movimiento pero con integrantes homosexuales. Ruso y Gay, dos de las palabras más odiadas del nazismo. No hay que olvidar que 100.000 homosexuales fueron presos en campos de concentración nazis y más de 10.000 ejecutados en las cámaras de gas. Es como si Woody Allen se tatuara una esvástica en la frente. A la pregunta sobre esta incoherencia uno de sus miembros responde con una aún mayor en una entrevista para la revista Vice: "No creo que Hitler personalmente quisiera matar gays, pero la ideología lo exigía.'

No son los únicos en exhibir esta discordancia. La lucha por la supremacía de la raza aria —otro de los mantras de cabezas rapadas y pies Dr. Martens— es otro de los fundamentos ideológicos de los neonazis malayos. Bueno, en realidad luchan por la pureza de una raza malaya pura. Pero ese pequeño detalle les da igual.

En España también tenemos nuestras dosis de ultraderecha iletrada. La chavalada fascista que llena callejones de cruces imposibles y faltas de ortografía de parvulario. A esos ya les hemos ganado.   

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A falta de líderes el neofascismo paleto trata de adoptar otros como fuerza de transgresión al sistema. El problema es que no siempre se elige el más adecuado.

Pero un neonazi jamás se arrepentirá de serlo, ¿o quizás si? La portavoz del grupo Hogar Social Madrid, conocido grupo que ayuda a los más necesitados —siempre que tengan DNI español— y con varias campañas xenófobas a sus espaldas; respondía así en una entrevista en El Mundo a la pregunta sobre una esvástica tatuada en su tobillo que había enseñado en Instagram:

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Pero estos despropósitos y contradicciónes son universales. Algunas meteduras de pata de este calibre se han viralizado mundialmente. Por ejemplo, poco después de ganar Trump las elecciones norteamericanas unas pintadas fascistas aparecieron en Carolina del Norte. La cadena Fox-News —la gran maquinaria televisiva de la derecha norteamericana— tuvo una pifia terrible en Twitter al vincularlas con Trump sin aparecer, en ningún momento, referencia alguna al nuevo presidente. Fox tuvo que borrar la noticia.

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