El escándalo del falseo de las emisiones descubierto el pasado año en muchos de los motores diésel de Volkswagen en EEUU abrió la puerta a nuevas investigaciones en otros muchos fabricantes automovilísticos. Entre ellas, las realizadas ahora al Grupo PSA, que se producen después de las que la justicia francesa abrió contra Volkswagen, Fiat y Renault tras el escándalo generado cuando se descubrió que la marca alemana había incorporado dispositivos para encubrir los niveles reales de contaminación.
El portavoz de PSA ha subrayado que sus vehículos "nunca han estado equipados" con ese tipo de dispositivos, que respetan la reglamentación en todos los países donde están presentes y que además son "el único fabricante del mundo" que ha puesto en marcha "un procedimiento de transparencia" sobre la contaminación de sus motores.
De este modo se refería al protocolo, definido por las organizaciones ecologistas Transports & Environnement (T&E) y France Nature Environnement (FNE), para medir el consumo de carburante en vías abiertas al tráfico y no en laboratorio como fijan las reglas de homologación.
En marzo, precisamente, se publicaron los resultados del consumo real (y las emisiones de CO2) de 58 de sus modelos, certificados mediante ese protocolo independiente. Este próximo verano está previsto que se amplíe el procedimiento para evaluar las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) de sus vehículos.
El portavoz de PSA señaló a Efe que están "sorprendidos" por la acción iniciada por la Fiscalía de París, de la que no estaban advertidos, y consideró que es una investigación automática, que les afecta como a otros constructores. Añadió, en cualquier caso, que están "serenos" ante el desarrollo de las pesquisas, y que ninguno de sus motores ha sido objeto de trucaje alguno para modificar los niveles de emisiones reales.