Popular acelera la desinversión de activos no estratégicos. La primera venta puede llegar al otro lado del charco, donde la entidad presidida por Emilio Saracho negocia con el banco chileno BCI (Banco de Crédito e Inversiones) la venta de Totalbank.
Se trata de una operación que podría suponer el primer balón de oxígeno de capital para Popular, en un momento clave para ello. El acuerdo se podría cerrar en unos 500 millones de dólares (465 millones de euros), según Bloomberg. Desde la entidad no hacen comentarios al respecto. Esta valoración supondría para Popular obtener unos 50 millones de euros en plusvalías y mejorar su ratio de capital en unos 50-60 puntos básicos, según informes consultados por este medio.
La operación está siendo asesorada por UBS y es una de las principales prioridades de Popular ante las valoraciones en máximos históricos que tienen los bancos en EEUU. Es uno de los mejores momentos para vender, como se reflejó en el traspaso de la filial norteamericana de Banco Sabadell, por casi 1.000 millones y unas plusvalías de 450 millones, todavía pendiente de aprobación.
BCI es un viejo conocido de la banca española. Fue la entidad que compró City National Bank of Florida (CNBF) a Bankia, la aventura en Florida que compró Caja Madrid bajo el mandato de Miguel Blesa. Antes que BCI, intentó la adquisición de esta filial Banco de Brasil, aunque se echó atrás por problemas regulatorios.
Cambio de estrategia
Algo a priori tan claro como que Saracho iba a traspasar todas las participadas de Popular (Totalbank, WiZink, Popular Portugal, BX+, Targobank, Allianz Popular, Aliseda y Banca Privada) no está resultando tan sencillo. En la entidad se están enfriando algunas posibles ventas como la de WiZink, por todos los ingresos que aporta a las cuentas; y la de Popular Portugal, por las minusvalías que supondría su traspaso.
Según estimaciones de BBVA, Popular obtendría algo más de 3.100 millones por la venta de todas sus participadas y conseguiría tres puntos porcentuales de capital. Aun así, los analistas de la entidad presidida por Francisco González advierten de lo siguiente: “Esta generación de capital tiene un coste, la pérdida de beneficio neto. Según nuestras estimaciones, la contribución total de las participadas podrían ascender a 200 millones de euros en 2018, un 30% del resultado”.
Saracho podría conseguir más de 3.000 millones por la venta de sus principales participadas, pero se ha dado cuenta de que no todas las operaciones compensan
Este es el juego de equilibrios con el que está haciendo pruebas Saracho. Así ocurre en WiZink, su filial de tarjetas que aglutinó también el negocio de Citi en España y del que vendió un 51% al fondo Värde Partners. Esta filial ganó casi 100 millones el año pasado y se prevé que el beneficio vaya a más. A cambio de enfriar esta venta, Popular está acelerando la de la antigua financiera de consumo de Banco Pastor, tal y como adelantó este medio.
En el caso de Popular Portugal, se está desechando la posibilidad de vender esta filial por el alto valor al que está en libros, 917 millones, que en el mercado se ve imposible que se obtengan en este momento. En cambio, la entidad presidida por Saracho ha optado por integrarla en su filial española como una territorial más.
Otras opciones
Otra posibilidad es la venta de Popular Banca Privada, por la que el mercado especula que se podrían obtener 100 millones, y que ya ha estado a la venta en otras ocasiones. También podría traspasarse el 49% que la entidad tiene en Targobank, la entidad creada junto a su accionista Crédit Mutuel que ha provocado fricciones en el pasado reciente. Los bancos de inversión especulan además con las ventas del 40% en Allianz Popular, aseguradora y gestora en la que está aliado a Allianz; y el 49% en Aliseda, la inmobiliaria que controla Värde Partners.