La pobre rata topo desnuda (Heterocephalus glaber) es tan fea que se diría que para compensarle la naturaleza le ha dado superpoderes. Este animal, que vive en el subsuelo de algunas regiones desérticas de África, es inusualmente longevo para su tamaño (vive unos 30 años), es resistente al cáncer e insensible a determinados tipos de dolor. Ahora, el equipo de Gary R. Lewin acaba de desentrañar los mecanismos que permiten a estos pequeños roedores anular la señal del dolor de determinados estímulos y tener un grado de resistencia que le permite sobrevivir en condiciones extremas.
La rata es inusualmente longeva, resistente al cáncer e insensible a determinados tipos de dolor
En un trabajo publicado en Cell Reports, los autores detallan los experimentos mediante los que han estudiado la ausencia de dolor en las ratas topo desnudas y cómo los animales adultos desactivan determinadas rutas químicas. "Creemos que la evolución ha seleccionado este cambio de manera suficientemente sutil como para que la señal del dolor se vuelva no funcional, pero no tanto como para que suponga un peligro para el animal", explica Lewin. ¿Por qué dice esto? Pues porque aunque la rata es insensible al dolor, a partir de cierto umbral de estimulación las rutas se vuelven a activar.
FOTO 2
Para entender el grado de insensibilidad de este animal, imaginemos que nosotros tuviéramos la piel totalmente quemada por el sol y alguien nos metiera en una bañera de agua a punto de hervir. En cualquier mamífero se produciría una respuesta llamada hiperalgesia, una sesación intensa de dolor que nos sirve como señal de alarma y nos ha permitido sobrevivir durante millones de años. Una rata topo desnuda, en cambio, no sentiría nada.
En respuesta a las altas temperaturas y la inflamación alrededor de las neuronas las proteínas del factor de crecimiento nervioso (FCN) se pegan a un receptor llamado TrkA. Este hecho desata una cascada de señales químicas en uno de los canales iónicos de las neuronas, el llamado TRPV1 que es el que envía la señal al cerebro de que algo anormalmente doloroso está sucediendo. Durante los experimentos realizados por Lewin y su equipo lo que vieron es que es este mecanismo, un pequeño cambio es un receptor TrkA, lo que hace a las ratas especiales. Solo cuando este receptor estaba presente se producía la ausencia de dolor.
Quizá la evolución ha eliminado cualquier cosa que no sea absolutamente necesaria en estos animales
Comparando el genoma de las ratas topo con el de otros 26 mamíferos, los investigadores descubrieron que basta un cambio en uno de los tres aminoácidos que componen el receptor para hacer que la respuesta del sistema nervioso cambie. "Incluso aunque el receptor TrkA de la rata topo desnuda es casi idéntico al de un ratón o una rata", asegura Lewin, "tiene un efecto significativo en su capacidad para sentir dolor". Pero lo más interesante es que el cambio no convierte al receptor en disfuncional sino en 'hipofuncional', si la rata es expuesta a cantidades hasta diez veces mayores de FCN entonces sí se produce la respuesta.
Foto 3
Los autores del estudio creen que este detalle explica por qué las ratas topo desnudas no sufren un proceso neurodegenerativo, como sucede a otros animales cuando escasea el factor de crecimiento nervioso, y apuntan a que el proceso solo se produce en la edad adulta, cuando la sensibilidad del animal se reduce a dos tercios de lo que siente cualquier otra criatura. ¿Qué es lo que ha llevado a la rata a desarrollar esta característica? Tal vez se trata de un rasgo adaptativo que le permite sobrevivir en grandes colonias bajo el suelo a una temperatura muy alta, e incluso podría ser un mecanismo de conservación de energía. Por otro lado, estos animales viven en el subsuelo de regiones desérticas y tienen que hacer un gran esfuerzo para conseguir comida. "Tienen la tasa metabólica más baja entre los mamíferos", recuerda Lewin. Quizá, especula, "la evolución ha eliminado cualquier cosa que no sea absolutamente necesaria, incluidos los receptores nervioso extra".
Referencia: Hypofunctional TrkA accounts for the absence of pain sensitization in the African naked mole-rat (Cell Reports)