España

Debate en el PP: ¿hay que bajarle los humos a Ciudadanos?

Después del debate llega la calma. Y la negociación. Rajoy telefoneará a Sánchez para reunirse la semana próxima. En el PP no saben qué hacer con Ciudadanos. Rivera se mostró muy duro en su intervención. ¿Tender puentes o bajarle los humos?

  • El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, junto al portavoz de la formación, Juan Carlos Girauta, y la diputada Marta Martín.

Tras un mes en el banquillo, Rajoy pretende recuperar la iniciativa. Este sábado telefoneará a Pedro Sánchez, recién derrotado en la segunda vuelta de la investidura, para citarlo a un nuevo encuentro. La imagen de un presidente en funciones abúlico, inactivo, de brazos cruzados, voluntariamente apartado del terreno de juego, ha producido malestar y de ánimo en su partido. Sánchez ha sido el rey del juego desde que dio el paso al frente y se ofreció al Rey como candidato. Ahora le toca a Rajoy. La llamada a Sánchez no surtirá más efecto que, quizás, una charla rígida, una foto y un café. Pero es un paso inevitable.

En la bancada del PP hubo algún grito extemporáneo. "Traidor", se escuchó con claridad, en alusión a su 'matrimonio' con los socialistas

Hay un cierto debate en las filas del PP sobre qué se tiene hacer con Rivera. El líder de Ciudadanos se mostró muy severo con Rajoy en su discurso de investidura. Muy contumaz en sus descalificaciones hacia el presidente en funciones, animó al PP a sacárselo de encima para abordar en serio la necesaria regeneración. Desde la bancada del PP se reaccionó con irritación. Hubo incluso algún grito extemporáneo. "Traidor", se escuchó con claridad, en alusión a su 'matrimonio' con los socialistas. Buena parte de los votantes de Ciudadanos proceden de las filas del PP, recordaba Rafael Hernando, portavoz de los populares en el Congreso. Fernando Maíllo, el número tres de la formación conservadora, recomendaba a Rivera "más humildad" y agitaba el caso de Rosa Díez, un recurso ya hace tiempo abandonado por el PP.

Superado el trance de la investidura, amargo trago para Sánchez, toca reconstruir los puentes dañados. Restablecer el diálogo. No es asunto fácil, piensan en el PP. Cospedal, por ejemplo, le ha recordado a Rivera que él no es quién para decir cómo han de hacerse las cosas en el PP. Insinuó incluso la posibilidad de que Ciudadanos esté en alguna 'operación', al margen de la de ayudar a que Sánchez llegue a la Moncloa. El dirigente de Ciudadanos resultó muy hiriente. Y no se apea de su postura. Ha dejado bien claro que el PP ha de desprenderse de Rajoy si quiere contar algo en el futuro. Siempre con enorme respeto hacia los siete millones de votantes, y en contra de cualquier 'cordón sanitario'. Precisamente el que tiene activado su actual socio, el PSOE. Contradicciones de los pactos.

La operación Monti ataca de nuevo

Asunto de interés creciente es la supuesta campaña para descabezar al PP, jubilar a su actual líder, proceder al relevo y abordar la gran coalición desde una perspectiva renovada. El PP en la abstención y el PSOE en el Gobierno. Ciudadanos, con sus escuetos 40 escaños, sería la pieza maestra del artilugio que desatascaría el bloqueo actual. Hay gente trabajando en ello, dicen en fuentes del PSOE. Desde Cataluña, Francesc Homs, portavoz de la antigua CiU, dio por hecho el acuerdo, la gran coalición, en su 'variante Monti'. Una teoría que dejó de circular hace ya unas semanas. Un diputado de ERC se abonaba a la teoría del gran acuerdo de los constitucionalistas, pero con Rajoy al frente. Juan Carlos Girauta, uno de los cerebros del equipo naranja, dejó este jueves bien claro que "nunca hemos hablado de la cabeza de Rajoy". Pero Rivera insistía en que los puentes están rotos, que con Rajoy no se puede abortar el cambio que necesita este país y que es el PP el que tiene que tomar la decisión. De echarlo, se supone. 

Casado, auspiciado como sucesor de Rajoy por avalistas poco oportunos, es el encargado de oficiar de 'poli bueno' y rehacer los maltrechos puentes con Ciudadanos

Estas dudas en el PP oscilan entre el castigo severo a Ciudadanos, por la agria actitud de su líder para con Rajoy, o la más pragmática de olvidar el pasado y restablecer lentamente el diálogo. Pablo Casado, portavoz del partido, y auspiciado como sucesor de Rajoy por avalistas poco oportunos, es el encargado de oficiar de 'poli bueno', de buscar la forma de rehacer los maltrechos puentes. Javier Maroto, compañero en la cúpula de Génova, también opta por la línea más flexible, incluso ha sugerido que el encuentro con Sánchez debería ampliarse a Rivera. Una mesa a tres. La gran coalición se pondría visualmente en marcha, frente a ese intento fallido de 'gran centro' entre el PSOE y Ciudadanos. Unos suman, los otros, no. Fracasado, de momento, ese 'Gobierno del cambio' con Podemos, sólo queda esta opción. 

Silencio del PSOE hacia Rivera

En Génova se menciona que los diputados socialistas no aplaudieron ni una sola vez a Rivera durante su brillante intervención. "A los socialistas les da urticaria Ciudadanos, piensan que son unos pijos de derechas con los que no se puede aparecer demasiado en las fotos", comenta un dirigente del PP. "Y los que no son pijos, vienen rebotados de la izquierda catalana, lo que aún es peor". 

Hay dos meses por delante para rescatar esa gran coalición aunque en Génova son muy escépticos. ¿De qué hablaron Moragas y Serrano, ilustres fontaneros de Rajoy y Sánchez, respectivamente? No se sabe, pero el escepticismo es absoluto. "Todos estamos trabajando ya en clave electoral, no hay soluciones mágicas ni milagros en el horizonte", comenta la mencionada fuente. La gran coalición abandona el ángulo oscuro y reaparecerá esta semana próxima. Tan sólo para que Rajoy recuerde a los suyos que está vivo. Y que los inmovilistas y los bloqueadores no son precisamente ni él ni su partido. 

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