Fuentes políticas de toda solvencia a las que Isidro Fainé ha confiado una reciente conversación con Artur Mas relatan que el presidente de La Caixa no se anduvo por las ramas y le trasladó al presidente de la Generalitat su opinión contraria a la deriva que ha tomado el pulso con el Estado. “President, te estás equivocando”, le espetó al máximo responsable de la Generalitat en un contexto que describe también una cierta comprensión e, incluso, complicidad, del financiero con los antecedentes iniciales del ultimátum lanzado por Mas a Mariano Rajoy en busca de mejores condiciones económicas para Cataluña.
Fainé y otros representantes del mundo financiero y empresarial catalán vieron al principio con simpatía la reclamación de un pacto fiscal, algo similar al concierto vasco
Las mismas fuentes explican que en abril del año pasado, Fainé y otros referentes notables del mundo empresarial y financiero catalán vieron al principio con complacencia la apuesta de la Generalitat por conseguir los mismos privilegios del País Vasco con su concierto económico. Hace año y medio, Artur Mas le dio a elegir al presidente del Gobierno entre el pacto fiscal o la confrontación. La negativa de Rajoy a abrir a destiempo el melón de la financiación autonómica trabajando a rastras de las reivindicaciones de Cataluña, dio paso a la reclamación por parte de CiU de un Estado independiente. “Si el Gobierno no acepta que Cataluña recaude y gestione todos los impuestos, debe prepararse para dar una respuesta muy contundente que provocará confrontación”, anticipó Mas el año pasado.
Fainé ha contado en conversaciones privadas que la confianza de él mismo y de algunos empresarios en que Rajoy cediera al ultimátum y aceptara mejorar las condiciones económicas de Cataluña, fue hasta hace poco la que justificó no solo su silencio, roto por las excepciones de Lara, Bonet y otros pocos, sino también su comprensión hacia la estrategia montada desde la Generalitat. Sin embargo, la firmeza del presidente del Gobierno ante el reto soberanista y su negativa a mover un solo dedo para atender a los gestos que de forma insistente se le han venido pidiendo desde hace meses en las filas nacionalistas, han hecho cambiar a buena parte de los empresarios catalanes de actitud y les ha llevado a asumir que la tozudez de Mas solo puede conducir al desastre.
La comprensión inicial que mostraron hacia Mas los grandes empresarios catalanes se ha diluido al haber constatado que Rajoy no piensa ceder
En este “President, te estás equivocando”, se resume, según la misma fuente, la opinión no solo de Fainé, sino también la de buena parte de los grandes empresarios y financieros catalanes que ven con estupor como Artur Mas está respondiendo al inmovilismo de La Moncloa con una huida hacia delante que no solo pone en riesgo su volumen de facturación sino la propia convivencia dentro de Cataluña.
El juicio de Fainé no ha caído en saco roto en el Palacio de Sant Jaume. Al margen de las apariencias, de los avisos y del ruido mediático, los últimos visitantes del despacho del Palau donde Mas hace sus reflexiones y se confiesa a veces en privado, describen a un presidente de la Generalitat muy preocupado y cariacontecido, víctima de un aislamiento cada vez más visible que está haciendo mella en su carácter y puede que en sus actitudes. No solo se está viendo insuficientemente acompañado por el nacionalismo vasco, criticado a sus espaldas por algunos de sus consejeros y prevenido por Fainé y otros apellidos ilustres del entramado empresarial catalán, sino también desenganchado de los puentes de diálogo que mantenía abiertos con el Gobierno.
A Mas se le ve en privado muy preocupado, cariacontecido, víctima de un creciente aislamiento que está haciendo mella en su carácter
Mas ha comentado en defensa propia a algunos de sus más allegados que, en estos momentos, del último que puede fiarse es de Mariano Rajoy, pues no está dispuesto a negociar siquiera una iniciativa que le sirva para ganar tiempo, en realidad para dejar de ser rehén de la estrategia electoral de Oriol Junqueras y Esquerra. Tampoco se fía e, incluso, desprecia a Josep Antoni Durán i Lleida (Unió), presto a arropar la propuesta de Alfredo Pérez Rubalcaba de una reforma constitucional que, al menos, valdría para depositar el conflicto catalán de nuevo en el Congreso de los Diputados y ponerlo en stand by, como pasó con el Estatuto en 2006, esperando a que escampe.
Fainé ha comentado a uno de sus interlocutores que, a medida que el órdago de Mas crece y el inmovilismo de Madrid se acrecienta, se abonan salidas muy preocupantes, todas las que tienen que ver con la celebración en un horizonte no muy lejano de elecciones plebiscitarias y de una posible declaración unilateral de independencia.
El presidente de la Generalitat comenta en privado que del que menos se fía es de Rajoy, contrario a hacer los gestos que le pide para, al menos, ganar tiempo
Lo que quieren los empresarios catalanes es estabilidad y saben que tampoco podrán conseguirla si, como acaba de referir el exvicepresidente Alfonso Guerra, uno de los supervisores de la Constitución, el Gobierno no se ve en otra que aplicar el artículo 155 de la Constitución para suspender la autonomía de Cataluña.
Desde La Caixa se eludió ayer comentar estas informaciones.