En el último mes, la banca española ha conseguido prácticamente doblar la cifra de capital que permitirá la nueva legislación sobre activos fiscales diferidos (DTAs en inglés) que ya está pactada entre el Gobierno y Bruselas. La reglamentación, que será aprobada este viernes por el consejo de Ministros, según confirman fuentes del sector y del PP, transformará en capital algo más de 50.000 millones de DTAs en términos brutos que atesoran los bancos españoles en sus balances, frente a los 28.300 millones previstos inicialmente. Este fuerte incremento se ha producido por dos motivos. El éxito del lobby bancario encabezado por el Santander para que computen finalmente como capital los activos fiscales contenidos en los planes de pensiones, pese a que Hacienda se negaba a esta medida, como adelantó Vozpópuli hace un mes. En segundo lugar, Bruselas ha aceptado que se puedan transformar como capital este tipo de beneficios fiscales generados por las pérdidas de 2011 y 2012.
De esta manera, estas dos mejoras de la nueva norma, que limitará las necesidades de capital de la banca española ante las exigencias de solvencia de Basilea III fully loaded, se unirán al gran paquete de DTAs que ya tenía comprometido el sector con el Gobierno desde el pasado julio. Todos aquellos aquellos activos fiscales diferidos que se generan sobre provisiones cuantificadas en función de pérdidas futuras, como la genérica o los dos decretos Guindos. Quedan fuera de la reglamentación, una pequeña partida de DTAs, en su mayoría referidos a los fondos de comercio que se generan al realizar una operación corporativa.
Así, el Gobierno inyectará algo más de 50.000 millones de capital en términos brutos con una medida adoptada por la mayoría de los países europeos ante la nueva legislación de solvencia de Basilea III. La cifra exacta de DTAs ‘salvados’ no se concretará hasta que bien el Gobierno, a través de un real decreto, o bien Economía, a través de una orden ministerial, transpongan a la norma española la directiva CRD4 del reglamento de Basilea III que da luz verde a los supervisores de cada país, en este caso el Banco de España, para realizar algún tipo de ajuste. El borrador de esta CRD4, con estos matices nacionales, ya se encuentra en los despachos de Cibeles. Se espera que, también este viernes, esta medida acompañe a la nueva norma de los DTAs.
Bankia y Sabadell son las dos entidades más beneficiadas con el cambio. Especialmente, la entidad presidida por José Ignacio Goirrigolzarri. Su ratio de capital de máxima calidad, en el escenario de Basilea III fully loaded, es de apenas un 4,1%, según cálculos de diferentes analistas, frente al mínimo del 8% exigido por la futura legislación de solvencia, que no será obligatorio hasta 2019, pero que los mercados, sin embargo, exigirán ya a principios de 2014. No en vano, Bankia cuenta con 8.425 millones en DTAs en su balance. De convertirse todos ellos en capital, su core Tier 1 se elevaría hasta el 10,6%. Los analistas calculan que su banda de solvencia fluctuará entre el 9,5% y ese 10,6%, una vez aprobada la nueva legislación.
El actual core Tier 1 de Bankia, según exige Basilea III fully loaded, es de apenas un 4,1%, frente al mínimo del 8% exigido. Su solvencia, con la nueva norma, se elevará a una horquilla entre el 9,5%-10,6%
Sabadell, por su parte, atesora 5.600 millones en activos fiscales diferidos que le permitirán mejorar su actual 6,1% de capital de máxima calidad en Basilea III fully loaded. Su solvencia, tras el nuevo decreto del próximo viernes, alcanzará el entorno del 10,6%. A ello, también ha ayudado su reciente ampliación de capital.
La nueva reglamentación también concederá el aprobado en solvencia al Santander y Caixabank. Ambas entidades cuentan con un core Tier 1 del 7,8%. El banco con sede en Boadilla ha logrado salvar algo más de 9.000 millones con la redacción final de la norma de los algo más de 19.000 millones que atesora en su balance. Pese a todo, los analistas cifran en una horquilla entre el 8,3%-8,6% la solvencia del Santander. El banco, sin embargo, confía en acabar este ejercicio por encima del 9%, según ha reiterado su consejero delegado Javier Marín, en las dos últimas presentaciones de resultados. Caixabank, mientras, convertirá en capital la mayoría de sus 8.929 millones en DTAs, lo que elevará su core Tier 1 hasta el entorno del 11,5%.
BBVA y Bankinter, las dos entidades por encima de las exigencias de Basilea III fully loaded antes de la nueva norma, apenas recibirán ventajas. Especialmente, en el caso de la entidad presidida por Pedro Guerrero. Su solvencia apenas variará del 12,1% actual. No en vano, Bankinter apenas atesora 153 millones en DTAs. En el caso de BBVA, la próxima reglamentación elevará en el entorno de 100 puntos básicos su actual core tier 1 del 9,7% para situarlo en el 10,7%. La entidad presidida por Francisco González cuenta con 9.255 millones en activos fiscales diferidos.
Mientras, el Popular, otra de las entidades aprobadas, mejorará en algo más de 200 puntos básicos su presente solvencia del 8,3%. La conversión en capital de gran parte de sus 3.200 millones en DTAs le permitirá llegar a la exigencia de Basilea III en con un Tier 1 del 10,6%.
Sabadell, con un CT1 del 6,1%, además de Santander y Caixabank, ambos con un 7,8%, también se beneficiarán de la medida al computarse finalmente los DTAs de los planes de pensiones y pérdidas de los dos últiimos años
El FMI cifró el pasado viernes, en su cuarto informe sobre la banca española, en el entorno de 59.000 millones los activos fiscales diferidos que tienen las entidades nacionales sólo en el negocio español. Precisamente, la institución que preside Cristine Lagarde recela de ese exceso de los DTAs en la estructura de capital de los bancos españoles, por lo que les reclamó próximas ampliaciones de capital y limitar el pago de dividendos en efectivo durante los tres próximos años.
"La conversión de los DTAs en capital puede ser una medida que ayude, pero no debe de ser definitiva", concluye el FMI, que apoya la transformación de estos activos fiscales en capital de máxima calidad. Según este organismo, la dependencia de DTAs en la estructura de capital de los bancos españoles es la mayor de toda la banca europea.
La nueva norma no sólo permitirá transformar en capital estos activos fiscales diferidos sino también poder monetizarlos en caso de que una entidad estuviera en dificultades. El Estado le devolverá esos créditos fiscales con títulos de deuda pública.
Además, la conversión de los DTAs en capital será determinante en el devenir de las próximas subastas de Novagalicia y Catalunya Caixa. La entidad gallega cuenta con 4.500 millones de activos fiscales diferidos. Su compra por parte de un banco español equivaldrá a una ampliación de capital cercana a esa cifra.