Las negociaciones entre Renault Francia y sindicatos para intentar alcanzar un acuerdo para reducir costes (pretende equiparar la productividad en Francia con áreas europeas de menor coste en España y Reino Unido) siguen en marcha. Tras las últimas amenazas de despidos masivos (7.500 personas para 2016), ahora la compañía parece que garantiza el empleo y pone el foco en aumentar la producción de coches. Pero a cambio pide un acuerdo laboral.
La empresa automovilística francesa Renault ha dicho a los sindicatos que podría producir 80.000 vehículos más al año en su país para sus socios Nissan o Daimler si los trabajadores aceptan un nuevo acuerdo laboral. Eso supondría un 15% de la producción francesa para la automotriz, que está presionando a los trabajadores para que acepten un nuevo pacto laboral a nivel nacional sobre salarios y condiciones para reducir costes.
Renault pide una congelación de los sueldos para este año, seguido de un 0,5% de incremento en 2014 y un 0,75% en 2015. Los salarios aumentaron un 3% el año pasado.
Apoyo al empleo
El Gobierno francés -el mayor accionista de Renault con el 15% de su capital- ha dicho que quiere que la empresa apoye el empleo local fabricando coches para Nissan, su filial japonesa, de la que tiene el 43,4%. La automotriz rival francesa PSA Peugeot Citroën está teniendo problemas para revertir las enormes pérdidas generadas por el recorte de más de 10.000 puestos de trabajo locales y el cierre de una planta de montaje cerca de París.
Este giro en la negociación llega en un momento en que Nissan Barcelona ya no optará a un nuevo turismo por el choque con los sindicatos. El mismo día en que la japonesa anunciaba este carpetazo, Renault se ofrecía a producir los coches de Nissan en las plantas francesas. Ahora, en cambio, en Nissan sobrevuela el fantasma de los recortes, donde la compañía ya anunció un posible recorte de unos 1.000 empleos (de lso 3.500 en producción) en 2015 si la fábrica no optaba a más producción.
Las propuestas fueron difundidas después de la última de una serie de encuentros con los representantes de los trabajadores, en un momento en el que Renault pretende equiparar la productividad en Francia con áreas europeas de menor coste en España y Reino Unido.
Las plantas locales de Renault se encuentran entre las más perjudicadas por el exceso de capacidad en la industria automovilística, que ha crecido a medida que muchos países europeos han entrado en recesión. Renault vendió 2,55 millones de automóviles en todo el mundo en 2012, pero no informó de cuántos de esos coches fueron producidos en Francia.