Sus caminos se separaron el martes, pero la promesa es volver a reencontrarse. Ese es el ánimo de los dirigentes de Ibercaja y Caja 3, la fusión a dos que se paralizó para convertirse en un proceso a tres con la entrada en juego de Liberbank. El reencuentro entre las dos entidades con acento aragonés, una vez roto el proyecto de Libercaja, tiene muchas posibilidades de producirse cuando Caja 3 haya sido saneada con dinero público, según aseguran fuentes del sector.
Ayer, un día después de que Ibercaja anunciase a la CNMV la ruptura de la fusión con Caja 3 y Liberbank, las tres entidades enviaron al Banco de España el borrador de su plan de recapitalización en solitario. Cada una de ellas pretende una solución diferente.
Ibercaja confía en poder entrar en el Grupo 0, integrado por la banca sana, antes de finales de año. La entidad presidida por Amado Franco asegura contar con las suficientes palancas para dejar a cero su déficit de capital de 223 millones. Liberbank, con unas necesidades de 1.198 millones, espera rebajarlas hasta el entorno de los 500 millones, lo que evitaría su nacionalización pero no la inyección de dinero público en forma de bonos convertibles (cocos).
En el Gobierno admiten que Caja 3 será la quinta entidad nacionalizada. Para evitarlo, necesita reducir su déficit de capital en 525 millones antes de diciembre
El panorama más complicado es el de Caja 3. La entidad liderada por la CAI necesita 779 millones para cumplir con las exigencias de Oliver Wyman en su escenario más adverso. Este déficit de capital supone un 6,1% de sus activos ponderados por riesgo (APR). Para evitar la nacionalización debe dejarlo por debajo del 2% (algo menos de 254 millones) de sus APR antes de diciembre. Según los datos de la consultora norteamericana, Caja 3 cuenta con una margen de explotación antes de provisiones de 150 millones, por lo que necesitaría cinco años para dejar a cero ese déficit de capital, y casi dos ejercicios para reducirlo por debajo de ese 2% de APR.
En el Gobierno ya no esconden que Caja 3 se convertirá en la quinta entidad que pase a ser gestionada por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), junto a Bankia, Catalunya Caixa, Novagalicia y el Banco de Valencia. "Podían haber llegado a ser seis si Unicaja hubiera roto la fusión con CEISS (la ficha bancaria de Caja España-Duero)", explican fuentes gubernamentales.
Una vez saneada con dinero público y traspasado sus activos tóxicos al futuro 'banco malo', Ibercaja pretende retomar la fusión con Caja 3. En el Banco de España y Economía no escoden que la fórmula de "limpiar y después fusionar" es aplicable a estas dos entidades. "Ibercaja quiere retomar el proceso con Caja 3 para confirmar su liderato en el mercado aragonés", explican fuentes conocedoras del proceso.
Una vez saneada y con los activos tóxicos trasladados al 'banco malo', Ibercaja quiere retomar el proceso con Caja 3 para confirmar su liderato en el mercado aragonés
De confirmarse el reencuentro, Amado Franco conseguiría integrar a una Caja 3 saneada y sin castigo para el balance de su entidad. Esa fue la promesa que obtuvo de Miguel Ángel Fernández Ordóñez, en su último etapa como gobernador del Banco de España: absorber Caja 3, sin ningún tipo de ayudas,como paso previo a la adquisición de Unnim. Según fuentes del sector, MAFO prometió un esquema de protección de activos (EPA) "generoso" a Franco para compensar el impacto que supondría la entrada 'a pulmón' de Caja 3.
La adjudicación de la caja catalana a BBVA sorprendió en el mundo financiero aragonés. Incluso, algún directivo de Caja 3 llegó a hablar de que "Fernández Ordóñez había roto el compromiso que había adquirido con Franco" en relación a la resolución del proceso de venta de Unnim. A falta de EPA, Ibercaja proyectó en marzo pasado una ampliación de capital por valor de 553 millones para integrar Caja 3, que nunca llegó a realizarse ante la aparción del proyecto a tres con Liberbank.